Viernes 08 de noviembre de 2013
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Los políticos, cuando observan con ansiedad elecciones presidenciales cercanas, echan mano (por así decirlo) a todo argumento que les otorgue protagonismo, en ese afán enfermizo por tratar de apoderarse del Poder. Quien ha bebido de ese cáliz de gloria como es el de tener en las manos el poder de mando político, pocas veces han entendido que el Poder no es sólo por el Poder mismo, sino por una causa superior que es la patria; sólo, han pensado usufructuar en beneficio propio todas las ventajas que otorga la política.
Todos recuerdan las jornadas encabezadas por un político que pensaba diferente y hasta acuñó frases como “la sede no se mueve” y ahora, porque le conviene, cruza el río de sangre que corrió en Sucre en la que sus habitantes defendieron, no un argumento político, sino, ante todo histórico, como es el derecho que tiene Sucre de recuperar lo que en alguna oportunidad se le arrebató: la capitalidad plena. Herencia de los próceres de la independencia por la contribución de la Villa de La Plata, ya sea desde las calles, los campos de batalla o desde los claustros universitarios donde se incubaron las ideas de libertad.
