Pastoral de Movilidad Humana protege a los migrantes
04 nov 2013
Fuente: LA PATRIA
Responsables de la Pastoral de Movilidad Humana dependientes de la Iglesia Católica protegen a migrantes de Bolivia en otros países y a sus similares del exterior que se quedan en nuestras fronteras.
Elizabeth Zabala, responsable del programa de trata y tráfico de personas de la Pastoral de Movilidad Humana, explicó que bolivianos migrantes en otro país que son irregulares no son víctimas de trata, pero son explotados laboralmente, situación por la que en coordinación con autoridades de otros países les apoyan para lograr su bienestar.
Cuando identificamos esta situación, tratamos que estas personas retornen a nuestro país, si ellas así lo desean, caso contrario se realiza acuerdos para que se cumpla convenios con los países que constituyen el Mercado Común del Sur (Mercosur).
Esta instancia está constituida por Argentina, Brasil, Paraguay, en proceso de re-incorporación Uruguay y Venezuela. Tiene como países asociados a Chile, Colombia, Perú, Ecuador, y Bolivia. Y como observadores a Nueva Zelanda y México países que les deben brindar su aceptación como trabajador migratorio junto a su familia.
Es de esta manera que la Pastoral de Movilidad Humana, apoya a los bolivianos y también brinda protección a las personas que llegan de otros países como migrantes debido a la falta de papeles legales.
De esta manera la Iglesia Católica pone a disposición todos sus esfuerzos para dotarles de la protección necesaria hasta que su consulado vea la posibilidad de apoyarles.
Según Zabala de forma similar a lo que sucede en la frontera de Bolivia (Pisiga) con Chile, existen migrantes en la frontera con Argentina en la zona Villazón, donde personas procedentes del Perú y de Colombia que ingresan a nuestro país quedan en la frontera sin ningún tipo de seguridad ante la frustración de no poder ingresar a la Argentina.
A estas personas se les brinda protección que no significa apoyar la ilegalidad de sus papeles porque lo que se revisa es que se cumplan los requisitos migratorios, ante esta circunstancia se busca la coordinación con los consulados de su país en Bolivia, que son los directos responsables de velar por su bienestar para evitar que sean objeto de trata y tráfico, explicó.
En la frontera existen personas de varios países, como por ejemplo el caso de migrantes senegaleses que quedaron en las fronteras, quienes querían salir hacia otros países de la región, pero no fueron aceptados y los dejaron en el límite con Bolivia.
“Hemos atendido en nuestras casas de migrantes, hasta veinte ciudadanos senegaleses con los que coordinamos para que responsables de la Iglesia coadyuven con el Estado y esta instancia apruebe su salida cumpliendo los requisitos migratorios que tenían”, informó.
La coordinación se realiza con operadores de justicia que son sensibles a la problemática de movilidad humana a pesar que existen otros insensibles que violan algunos derechos de los migrantes, esencialmente para las personas que se quedan en Pisiga, aseguró Zabala.
Fuente: LA PATRIA
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