Miles de familias despidieron a las almas en cementerios paceños
03 nov 2013
Fuente: La Paz, 2 (ANF).-
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Tal como reza la tradición miles de familias se volcaron a los cementerios de La Paz y El Alto para cumplir con la ceremonia de compartir, recordar la memoria y despedir a las almas de sus seres queridos que fallecieron y hoy (ayer) son recordados con mucho afecto y amor por sus seres queridos.
Música, comida, panes, masitas, fruta, y todo cuanto le gustaba al difunto se prepararon en grandes mesas esperaron a los “rezadores”, quienes a cambio de sus plegarias recibieron como pago los alimentos que en gran cantidad fueron debidamente preparados para regalarlos en el cementerio como un desprendimiento de los dolientes.
Desde las primeras horas de la mañana los camposantos se vieron colmados de miles de personas que ataviados con ropas de color negro procedieron a armar las “mesas” y recibir a los familiares y ocasionales visitantes.
Es al mediodía del primer día de noviembre que las familias preparan una mesa sobre la cual colocan un negro, adornos, flores y panes. Si el mantel es de color blanco es porque el fallecido recordado es un niño y si es de color oscuro o negro se trataría de una persona adulta.
“Es parte de nuestra tradición. Estoy poniendo todo lo que le gustaba a mi papá su sopita, chanchito, bizcochuelo su vinito, agua para su sed y todas las cosas que lo acompañen”, relató Fátima Flores, quién junto a sus seres queridos compartieron sus alimentos con quienes visitaban su “mesa”.
Como doña Fátima miles de familias coparon el Cementerio General de La Paz, ubicado en la zona Garita de Lima, para compartir y despedir a las almas. Las tumbas más visitadas fueron las de Carlos Palenque, exjefe del desaparecido partido político Condepa, del líder político izquierdista Marcelo Quiroga Santa Cruz, cuyas tumbas fueron llenadas con coronas de flores a excepción de la experiodista y concejal de La Paz, Cristina Corrales.
En el Cementerio Jardín, situado en la zona Sur de la ciudad, ya no existen las “mesas” y las familias prefieren rezar, limpiar las lápidas, poner flores y al medio día lanzar globos blancos al viento en señal de despedida de las almas.
No obstante, en los cementerios alteños las tradiciones son más enraizadas y están emparejadas con la cosmovisión andina de los pueblos aymaras, que también despiden a sus “ajayus” al son de pinquilladas y tarqueadas propias del feriado de Todos los Santos.
EL ALTO
Los cementerios de Villa Ingenio, al norte de El Alto y el cementerio de los “Héroes del Gas” de la zona Santiago Primero, fueron los escenarios más importantes donde se concentraron una masiva cantidad de personas que cumplieron las tradiciones y rituales como son los rezos, comida, música, bebida y cantos propios de esta celebración, donde no podía faltar los rezadores.
En Bolivia, desde tiempos inmemoriales, las comunidades originarias celebran la fiesta a los muertos. Con la llegada de los conquistadores españoles ésta fiesta se fusionó con la fiesta de Todos Santos que los católicos celebran los dos primeros días de noviembre de cada año. Desde entonces la tradición de festejar a las almas y ajayus (“almas” en aymara) de los muertos forma parte de los detalles culturales de muchos bolivianos.
Fuente: La Paz, 2 (ANF).-
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