Sábado 02 de noviembre de 2013
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Sonaban las campanas de la medianoche cuando escuché la voz de ultratumba del héroe del Chaco, Germán Busch, al pie de la columna de granito que abre su sepultura. Un joven actor repetía el discurso nacionalista del presidente suicida.
Junto con otros espectadores éramos más de 30 mil personas que desfilamos por los pabellones, bajo la luna llena, para aprovechar la visita nocturna que organiza la Oficialía de Culturas del Gobierno Autónomo Municipal de La Paz al Cementerio General cerca al Día de Difuntos. Un detonador para la masiva concurrencia es la curiosidad, incluso algo morbosa, de pasear por las tumbas desde el atardecer. El espectáculo se combina con escenas dramáticas sobre la historia nacional, detalladas explicaciones sobre el arte funerario, charlas sobre la historia paceña y su reflejo en los mausoleos. Decenas de equipos de funcionarios ediles coordinan con cada grupo para evitar incidentes y para que el paso de la muchedumbre fluya sin tropiezos.
Ahí completé mi jornada ese sábado, plena de emociones, posibles por el programa que cada octubre organiza el municipio para los habitantes de la sede de gobierno y al que se suman iniciativas de la sociedad civil.