Fuera de hechos reales que se produjeron en el Aeropuerto Internacional “Juan Mendoza” de Oruro se cumplió una práctica para observar el grado de eficiencia del trabajo que deberá cumplir el personal que atienda en el futuro la llegada y salida de naves aéreas de diferente envergadura y capacidad de transporte de carga y pasajeros.
Interesante el hecho en el que participaron funcionarios del aeropuerto pero también elementos del Cuerpo de Bomberos, personal de la Administración de Aeropuertos y Servicios Auxiliares a la Navegación Aérea (Aasana), Servicio de Salud, Fuerza Aérea y otro personal de apoyo. Los participantes en el simulacro de un accidente supuesto en el arribo de una aeronave, pasaron el examen y se formularon algunas recomendaciones que deben ser útiles para mejorar el desplazamiento de vehículos y personas en un hecho que fuese real y que… ojalá no suceda.
La práctica de socorro o asistencia inmediata tiene otro objetivo y es que con las pruebas realizadas se pedirá a la organización internacional pertinente la “acreditación como aeropuerto internacional”, certificación que permitiría en adelante las operaciones de empresas aéreas internacionales, ampliando de ese modo el uso comercial que merece un aeropuerto certificado y habilitado para el movimiento de aviones comerciales, militares o privados.
Las cosas parecen avanzar positivamente y el Aeropuerto “Juan Mendoza” puede ya parangonarse con otros de nivel internacional en el país, lo que significa que en algún tiempo más se ampliarán los servicios y se podrá disponer de mayores ventajas para viajar a todas las ciudades del país o efectuar combinaciones de horarios e itinerarios que incluyan destinos en países vecinos inicialmente; más adelante seguramente se pensará en la extensión del despacho y recepción de vuelos intercontinentales.
Pero no todo ésta como quisiéramos los orureños que a través de nuestras instituciones hemos estado observando una serie de irregularidades en el tema del aeropuerto, como lo sucedido días atrás en que se hizo entrega de obras irregularmente, pues no se cumplieron requisitos legales para esos fines, tanto así que no hay un informe concreto que refleje la recepción de una obra de magnitud, costosa y que estuviera a satisfacción de los supervisores de la misma. Nadie sabe cuál es el estado real del aeropuerto.
En un cortísimo periodo se comprobaron muchas deficiencias en las obras, cuando alguien señalaba que en el interior del aeropuerto llovía tanto como fuera de él, se supone “que las goteras” fueron reparadas, pero sin verificación técnica pertinente con un informe oportuno sobre el caso, aparte de otros problemas detectados y comunicados a la empresa encargada de la obras, pero por lo visto sin respuesta que avale la seriedad del cumplimiento de enmiendas en los trabajos mal ejecutados.
Lamentablemente en nuestro distrito estamos acostumbrados a recibir obras sin plena certificación de calidad y garantía, lo que se traduce posteriormente en reclamos extemporáneos que simplemente se los ignora, pero no se los atiende responsablemente en cumplimiento de contratos, así sean los del tipo de “llave en mano”.
Todos felices al saber que se cumple con algunas regulaciones de futura operabilidad técnica, cuidados de servicios, atención de emergencias y otros pero dudando seriamente sobre la conclusión de la obra de acuerdo a las exigencias técnicas requeridas para garantizar su inmediato uso. En el caso de ciertos problemas no hubo simulacro alguno, las goteras y otras deficiencias fueron patéticas. ¿Se salvaron esos problemas? La Gobernación debe dar cuenta de esta situación.
Fuente: LA PATRIA
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