Martes 29 de octubre de 2013
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Un 31 de octubre de 1952, el Presidente Dr. Víctor Paz Estenssoro, firmó el decreto de nacionalización de las minas, lo que permitió modificar la estructura económica y social como medida indispensable para la supervivencia de Bolivia.
A 61 años de ese acontecimiento, nunca debemos desconocer el trabajo que se realiza en los diferentes centros mineros, porque es parte del avance emancipador de todo el proceso de un conjunto de actividades relativas a la producción y consumo de las riquezas.
Hoy como ayer, los bolivianos demostramos ante el mundo, la capacidad que tenemos para administrar lo que nos pertenece, convencidos de obtener mayores ingresos para la nación. En ese marco resulta enaltecedor el trabajo sacrificado de los compañeros mineros, quienes dan todo de sí para mantener a la minería como primer eslabón indestructible de la cadena económica productiva.
Por esa circunstancia, Oruro y Potosí, se merecen el reconocimiento del pueblo boliviano, porque nunca retacean su concurso cuando la República precisa de sus hijos para contrarrestar situaciones premiosas que ponen en peligro su propia existencia.