Un largo proceso de seguimiento efectuado por personal de la Fuerza Especial de Lucha Contra el Narcotráfico (Felcn) culminó en un operativo exitoso que ubicó y destruyó una mega fábrica de cocaína, en una apartada población del altiplano orureño, propiamente en la localidad de Iriuni del municipio de Turco distante más de 200 kilómetros de la ciudad y muy cercana a la frontera con Chile.
La investigación que significó un trabajo especial para los efectivos de narcóticos, permitió ubicar la factoría que ocupaba varias de las viviendas de Iriuni, donde se supone que los pobladores en conjunto trabajaron asociados y guiados por extranjeros en el acopio y elaboración de cocaína, pues en la requisa del lugar se encontraron todos los elementos de uso en la actividad ilícita, comprometiendo inclusive a jóvenes y niños de la comunidad.
Como un hecho interesante de este caso es que no existen detenidos, se supone que hubo una alerta sobre la presencia de policías y todo el vecindario de la apartada localidad altiplánica se dio a la fuga.
En las primeras investigaciones incautaron 4,6 kilos de pasta base y por el material de trabajo en las viviendas se presume que por lo menos un kilo y medio de cocaína se lograba diariamente y cuyo destino podría ser Chile.
Tras el hallazgo lo que preocupa a las autoridades es la expansión del área de operaciones del narcotráfico que se producía en el oriente y en la zona de los valles, donde la Felcn realizó importantes operativos y destruyó buena cantidad de fábricas de cocaína. Seguramente esa presión obligó a los narcotraficantes a buscar nuevos sitios para sus ilícitas operaciones, encontrando por lo menos de momento un tranquilo espacio en el árido y extenso altiplano, inclusive con algunas ventajas, como el último caso, muy próximo al río Lauca y a la frontera de Chile.
Estos hechos que se detectan en la zona altiplánica podría además tener una relación con el intenso tráfico de mercaderías de contrabando, que también utilizan algunas poblaciones de la zona occidental de Oruro para mimetizar sus operaciones y activar su ilícito comercio burlando la vigilancia de la policía aduanera especializada.
Se trata además del movimiento de mucho dinero, pues la instalación de la mega fábrica de Iriuni muestra una serie de equipos, materiales e insumos de alto costo, lo que hace pensar en dinero del contrabando que son millonarios capitales, como se puede observar, cuando se hace decomisos de enormes camiones saturados de costosa mercadería.
En el caso especial de Oruro, las autoridades pertinentes deberían extremar recursos y facilitar una minuciosa investigación de la mega fábrica de cocaína y la posible alianza con el contrabando, una hipótesis que si bien descarta algún fiscal, no está lejos de ser una realidad, sabiendo que ambos casos pueden constituir una peligrosa alianza que debe ser desmontada.
El hecho de que más de 30 viviendas, abandonadas como tales pero habilitadas para la elaboración de cocaína, hace suponer que hay mucha gente comprometida en este negocio ilegal. No hay detenidos, los operarios de la factoría fueron alertados oportunamente de la presencia policial, algo parecida a la alerta de los “loros” en el caso del contrabando.
Una solución a este grave problema es incrementar la presencia de efectivos militares en la vasta zona altiplánica, creando empero las condiciones adecuadas para que los efectivos militares reciban el apoyo estratégico necesario para continuar en la lucha abierta contra el contrabando y ahora el narcotráfico.
Fuente: LA PATRIA
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