Lunes 21 de octubre de 2013
ver hoy
La fe por sí sola tal como la enseñan las instituciones eclesiásticas sirve de poco, pues la fe como tal no tiene actividad ninguna, es una fe vacía. Sólo el verdadero obrar sirve de ayuda en el camino hacia la vida interna, la vida que trae paz, libertad, justicia y felicidad internas. Ya Jesús nos instruyó sobre esto: “Quien escucha Mis palabras y obra según ellas, es como el hombre sabio…”
Qué puede hacer entonces una persona para lograr que su fe se convierta en una fe activa. La fe es la condición previa, pero el obrar es el cumplimiento de las reglas divinas para la vida, el esforzarse diariamente en poner por obra en la vida diaria las leyes divinas. Por consiguiente no se trata solamente de la mera fe, si no de cumplir las leyes de Dios. La regla para la vida dice: “Lo que quieres que otros te hagan a ti, hazlo primero tú a ellos”. O dicho de otra manera: “Lo que no quieres que te hagan a ti, no se lo hagas tampoco tú a nadie”. Para cumplir la regla para la vida el primer paso es por consiguiente la fe activa.