La proximidad de elecciones en cuatro países latinoamericanos al cierre del presente año, obligan a un análisis sobre la perspectiva política que se presentará en Chile y Honduras con comicios presidenciales, elecciones legislativas en la Argentina y municipales en Venezuela.
El futuro de la región puede tornarse muy delicado si los resultados de la participación ciudadana en esos países cambian los esquemas que se han mostrado con muchas variables, no precisamente ajustadas a los esquemas que han estado moviendo algunas tendencias de dominio coyuntural en las estructuras ideológicas de la zona sudamericana.
En el plano político la coyuntura democrática puede marcar el fin de la era “kirchnerista” en la Argentina, en el caso de Chile podría favorecer el retorno de Michelle Bachelet, ahora de la Nueva Mayoría, más moderada que en su primer periodo. Con relación a Honduras podría marcarse el fin del histórico bipartidismo, en tanto que en Venezuela se juega un fortalecimiento de la oposición ante el debilitamiento del socialismo autoritario, como lo señalan los analistas de la política latinoamericana.
En todo caso los cambios que puedan darse en materia de política regional, serán parte de un proceso de cambio económico que tendrá efectos muy marcados en el tiempo venidero y que pondrán en vilo a los gobernantes sean cuales fuesen sus tendencias del presente.
Lo que se avecina es que la reciente década de bonanza económica en toda Latinoamerica y el Caribe que fuera impulsada por las buenas condiciones del comercio externo comenzarán una etapa descendente que exigirá nuevas políticas en las finanzas de cada país. El vaticinio corresponde a los ejecutivos de organismos internacionales como el Fondo Monetario Internacional (FMI), la Cepal, la Corporación Andina de Fomento (CAF) e inclusive y de manera coincidente los analistas del Banco Interamericano de Desarrollo (BID).
Los observadores señalan que habrá un “cambio significativo” de expectativas en China, aunque su crecimiento estimado para los próximos años se redujo ligeramente no deja de tener efecto entre sus principales socios que son los países latinoamericanos, aparte de la previsible normalización de la política monetaria en EE.UU. debido a su paulatina recuperación financiera. Esos elementos quiérase o no se sentirán con diferente efecto en la región sudamericana debido a los propios cambios de las potencias y las condiciones de sus políticas externas que harán más complicado el futuro financiero de la región sur de América Latina.
En ese conjunto de expectativas inmediatas está nuestro país, que el año 2014 también tendrá elecciones y como el tiempo corre de prisa e inexorablemente, las políticas de Estado que puedan delinearse desde ahora para el manejo inmediato de la economía nacional, ahora como nunca antes, con un amplio respaldo de reservas gracias a las condiciones de la bonanza externa que necesariamente deberá servir a los fines de respaldar la seguridad financiera nacional.
Señalan los expertos que “ciertas tendencias políticas” de los gobiernos de Latinoamérica y el Caribe, bajo el aparente desarrollo de la democracia, están sufriendo un retroceso por cambios internos y relaciones externas que están “enfriando” sus programas de economía general al abrirse con mucha claridad ciertas “desigualdades sociales” que parecían superadas y que afloran nuevamente en el marco de una democracia activa en la región.
Fuente: LA PATRIA
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