Como todos los años, todavía continúo en la Feria de Alasitas rebotando de chola en chola desde que mi esposa me dejó olvidado en brazos de una que al verme exclamó: “¡Qué Eneko más bonito, déjemelo en préstamo porque seguramente me traerá buena suerte!”. Voz que corrió entre las cholitas comerciantes de la Feria.
Encontrándome en uno de los puestos expuesto al sol y a la lluvia, sonó mi teléfono móvil y pensé en que otra cholita llamaba para que le contagiara mi buena suerte pero no se trataba de ninguna otra chola sino de mi tía cochabambina y teutona Clothilde von Karajan Quiroga.
-¿Dónde te has metido, sobrino von Paulus Huanca, que no guespondes en tu domicilio, ni en el peguiódico, ni en tu quiosco?
-Es que me hallo secuestrado por unas cholitas en la Feria de Alasitas donde me trajo el domingo mi esposa que me vistió de Ekeko y ha corrido la voz de que soy un Ekeko con suerte.
-¡Qué afogtunado egues, sobrino!, a quien nunca le falta la chola buena de cada día. Cuéntame de las Alasitas, sobrino, pues hace muchos años que no las visito.
-Es una feria muy importante, tía Clothilde, y hay unos paceños exagerados que quieren que la Unesco declare a esta fiesta Patrimonio Cultural de la Humanidad.
-Me paguece un dispagate porque ferias de miniaturas existen en todo el mundo hay artistas miniaturistas en todo el globo.
-Ya lo sé, tiitay, pero aquí existe el Ekeko, un ídolo paceño, en el cual creen hasta los hombres más ilustrados del país, como el vicepresidente Alvaro García Linera.
-¿Ese señog que ha leído 20 mil libros y sabe más que Kant y Nietzsche…?
-Sí, tía, el mismo quien inauguró la feria en nombre del gobierno del Estado Plurinacional, Multicolor y Folklórico (antes República de Bolivia).
-¿Y qué ha dicho Don Alvago?
-Que se compraría una gallina de yeso en miniatura para que el Ekeko le conceda en este año una mujeg y que además compraría tres gallinitas de yeso para regalárselas al presidente Evo Morales quien también es soltero.
-¡Qué país tan chistoso es el nuestro, queguido sobrino! Si el Ekeko hubiera sido conocido en Alemania, el señog Hitler no habría muerto soltego.
-Así habría sido, tía Clothilde, pero es hermoso vivir en un país de Alasitas donde todos se creen grandes y cuando se miran el ombligo creen ver el centro del Universo.
-¿Compraste muchas miniaturas, sobrino?
-No muchas, tía Clothilde, compré periodiquitos, compré dolarcitos en miniatura, dos botellitas pequeñas de whisky y una casita de yeso para cuando llegue el Socialismo pueda entregarla quedándome con mi vivienda.
-Eres un astuto, sobrino von Paulus Huanca. ¿Y hasta cuándo permanecerás en Alasitas guebotando de chola en chola?
-Hasta los carnavales, tía Clothilde von Karajan Quiroga.
-¡Tienes una suegte del Karajo, sobrino von Paulus!
PAULOVICH
Fuente: LA PATRIA
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