Nunca es tarde para alcanzar acuerdos conjuntos que permitan la conclusión de proyectos de desarrollo departamental, particularmente si se trata de un compromiso firmado por las principales autoridades, el caso del Prefecto y el Alcalde que cuando van hacia la parte final de sus respectivas gestiones se acordaron de coordinar lo que debieron hacer muchos meses atrás.
¿Cuál es la verdadera motivación del anunciado acuerdo de días atrás? Todavía hay quienes se preguntan sobre tan importante decisión y no alcanzan a entender lo que hubiese sido plenamente justificable, si un acuerdo entre los dos principales responsables de los proyectos departamentales hubiese sido confirmado y viabilizado al comenzar la pasada gestión y no precisamente la presente cuando su tiempo se acaba.
Pero aún así lo que se anuncia es ponderable y posiblemente sea parte de una especie de redimirse ante el pueblo por lo poco o lo malo que hicieron las autoridades en materia de obras efectivas, prácticas y debidamente concluidas.
Se entiende de manera implícita que tanto Alcalde y Prefecto, reconocen que no cumplieron plenamente sus cronogramas de trabajo, que tampoco pudieron coordinar oportunamente lo que recién se hace para salvar quien sabe una gestión política que podía acabar sin pena ni gloria y que aún puede cambiar.
Lo que se ha hecho recientemente debería ser rescatable en la dimensión de trabajar aunadamente en el futuro, pues se trata de objetivos comunes entre las autoridades en busca de soluciones para toda la población, en la ciudad y en el área rural. Más reuniones conjuntas entre Prefecto y Alcalde, además de los técnicos de ambas instituciones, marcaría un modelo de servicio de alta responsabilidad para el análisis, aprobación y aplicación de los proyectos que desde ambos organismos sean expuestos a favor de la comunidad.
Lo importante, sin embargo, deberá constituir el compromiso para deponer los intereses sectarios y partidistas y, por encima de los mismos, garantizar una acción coordinada que priorice las obras sociales, las de saneamiento básico, como agua, alcantarillado, luz, calles accesibles, salud y educación tanto en la ciudad como en las comunidades rurales.
En el caso específico de Oruro y dadas las condiciones del acuerdo que fue recientemente suscrito entre Alcalde y Prefecto vale la pena sugerirles que prioricen la importancia de ciertos proyectos, de manera que en el poco tiempo que les queda —a las autoridades— avancen lo más que puedan en concretar las obras de mayor impacto en beneficio de la comunidad.
Aunque no lo mencionaron, tanto Alcalde y Prefecto, deberían poner su esfuerzo conjunto para concretar sistemas de alcantarillado en los barrios marginales, de manera que solucionado tan importante déficit de saneamiento básico se complementen las obras en las vías de conexión vehicular, sin dejar de lado la construcción del mercado central que constituye una necesidad impostergable en los planes de reordenamiento urbano. Nunca es tarde para enmendar errores y para justificar objetivamente el deseo de servir a la colectividad.
Fuente: LA PATRIA
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