Se había dicho con insistente reiteración que el MAS es un enemigo decidido del pueblo boliviano y los que se llaman voceros de la oposición boliviana a un sistema totalitario no lo reprueban con hechos y solamente con palabras de medios de comunicación, en una caricatura funesta de la farsa de la televisión. Se encuentran en un baile ladino que solamente concentrará el voto en los autoritarios de hoy, sin mencionar nombres ya que es peligroso. El MAS de acuerdo a las proyecciones de voto, en sus mejores condiciones alcanzaría al 55 % de apoyo popular, pero perdería el control del Parlamento ya que sus senadores y diputados no representan más que intereses espurios. Su 74 % de votos, en el que creen soberbiamente, no es más que es una irracionalidad imposible ya que la mayor parte de la población urbana de Bolivia se opone a un proyecto retrógrado. Lo que olvidan con facilidad es que la gente no responde a blasfemas de la realidad, está consciente de que necesita trabajo y posibilidad de hablar y decidir, y no lo hará al costo de sus ideas. Ya basta de que a Bolivia se la vea como un país barato. Ha producido importantes líderes, intelectuales y gente trabajadora. Lo que necesita perentoriamente es que no le mientan.
Ahora, no se debe olvidar que amplias mayorías de gente olvidada por el sistema seguirán votando por el MAS. Son los corruptos derechistas los culpables, los que llevaron a la masa social a venderse a título de movimientos sociales supuestamente revolucionarios, los que no saben lo que significa el término de transformación por su ignorancia estructural. Pero el MAS está construyendo un país de paja, el que se entrega a sus consideraciones de coyuntura, solamente por diezmos que denigran a los pobres que dice defender, pero no les importa, responde al criterio de clase media y baja convenenciera. Evidentemente, todo el mundo tiene derecho a ganarse la vida, pero no debería ser a costa de la dignidad. Lo hacen y con frecuencia los que se han vendido a un sistema coyuntural basado en prácticas económicas infames y aberrantes.
No obstante este es un tema del día a día, pero no lo que debiera preocupar a una oposición cada vez más enferma. Los distintos grupos no quieren unirse, a título de que no desean volver a “ríos de sangre”. En realidad la propuesta, muy parcial, es falsa. La contradicción fundamental del tiempo actual no es entre derecha e izquierda, en realidad su presencia es marginal, sino entre democracia y totalitarismo. La propuesta del Frente Amplio, a pesar de las críticas que se han formulado a Loyola Guzmán por su supuesta traición, es importante, en realidad solamente traiciona el que renuncia a principios reconocidos en una lucha. Ella, a pesar de sus inocentes errores durante la Guerrilla del Che, tiene todo el reconocimiento para luchar por una propuesta de país, la que es necesaria.
Lo que sucede, al margen de anécdotas de la Guerrilla que han vuelto a salir a la luz pública, es que si la oposición, sea de derecha o izquierda, aunque el término es precario en términos modernos, si no se une, solamente se encargará de ser guardiana del totalitarismo, de la idea equivocada de que la Revolución se hace con discursos, que por más revolucionarios que parezcan, tienen un tufillo evidente, el que está concentrado en la reconstrucción del modelo neoliberal que tanto daño causó al país. Los que regalaron las empresas estatales a precio de gallina muerta, los que asediaron a la ciudad de La Paz, privándole de comida e insumos muy necesarios en octubre de 2003 están en el poder. Es absurdo pensar que estaban luchando por los recursos naturales, los que jamás les importaron, simplemente fue por una provocación del Estado y se creyeron gente cuando ni siquiera lo demostraron en las luchas contra las dictaduras. Puedes querer enfrentarte al Ejército de la oligarquía, pero tienes que hacerlo con armas y los que propiciaron una pseudo-insurrección ni siquiera se preocuparon de dotarles de lo más mínimo, a sus acólitos, hoy supuestamente héroes. ¿Habrán ganado una batalla por lo menos contra los chilenos? No. al mejor estilo de profesionales de escritorio. Ahora, independientemente del tema pasado y de rencillas históricas, se debe apostar a la unidad y al razonamiento de que se debe elegir, en un proceso consensuado y democrático a un solo líder sin jugar a las diferencias de forma. La vieja derecha se fue del país, la otra es amorfa, y la izquierda solamente existe en unos cuantos idealistas revolucionarios. Si algún partido pretende ir solo a las elecciones del 2014 a título de “purismo” desmentido por situaciones reales, entonces habrá que tomar determinaciones serias, en el sentido del país que necesitamos transformar para bien.
(*) Politólogo
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