En pasados días y por expresiones del propio Papa Francisco se comentó y desde diversas ópticas aquello de que “el demonio ronda el Vaticano” y puede ser, pues demonios no faltan en ninguna circunstancia y los ejemplos son válidos en materia de analogía con muchas cosas que pasan y tentaciones que empujan a los seres humanos a rendirse ante el poder de Satanás.
Y es lógica esa preocupación eufemística en el seno del Vaticano, cuando desde afuera uno se entera que en el interior de esa estructura silenciosa y hasta fría y secreta, los malos pensamientos y los malos actores están a la expectativa de sacarle provecho a cualquier error que puede convertirse en una estrategia que debilite la fuerza de un cambio que el nuevo jefe de la Iglesia desea imponer para hacerla más creíble, recuperando el valor de su sentido humano y solidario basado en la Fe y en la existencia de un Ser Supremo.
Desde el cambio del Papa en Roma pueden sentirse transformaciones muy especiales en lo que se mantenía como parte de una extrema forma conservadora de la Iglesia que sólo provocó el alejamiento paulatino de miles de católicos, ahora expectantes de lo que pueda ocurrir en el lineamiento del nuevo conductor del catolicismo en el mundo.
La calidad humana de Francisco está en relación con los tiempos actuales para enfrentar justamente procesos contradictorios y hasta conflictivos de la Iglesia, todo por la intolerancia de ciertos actores que se resisten al cambio o mejor al posicionamiento de una estructura más humana y más solidaria con los problemas de la humanidad, en todas sus esferas sociales.
El Papa Francisco reflexionó sobre temas tan sensibles como “curar las heridas, dar calor y acompañar a las personas a partir de su condición” Aseguró también que la Iglesia Católica debe ser como “un hospital de campaña tras una batalla”, haciendo alusión indirecta a la situación de los homosexuales, católicos divorciados y mujeres que abortaron. Afirmó el Santo Padre que “la Iglesia Católica debe cambiar y mostrarse más misericordiosa para poder sobrevivir, sin encerrarse en pequeñas cosas o reglas mezquinas”.
Se perfilan cambios sustanciales, a los que seguramente los “demonios del Vaticano se opondrán”, el Papa Francisco ha señalado que homosexuales y gays tienen una condición de nacimiento o adquirida que debe respetarse como parte de la caridad cristiana y la misericordia de los creyentes. En cuanto a los divorciados y vueltos a casar que estaban excluidos de por vida de recibir la comunión o ser padrinos, lo natural es que sean readmitidos a esos sacramentos si así lo desean, explicó el Santo Padre.
Pero hay más, el Papa Francisco respecto a mujeres que han debido tomar la dura decisión de un aborto, han tenido que pasar por el dolor de perder un hijo lo que ya es un calvario y un profundo cargo de conciencia como para que además sean rechazadas y hasta condenadas. Esas mujeres merecen la comprensión y el apoyo de todos para cargar un peso descomunal en su vida.
La Iglesia realmente entra en cambios sustanciales, pero tan importantes en la vida de los creyentes católicos, como para devolverles la confianza en su institución en la que prevalecerá el amor, la fe, la comprensión y la justicia para comprender mejor los verdaderos problemas humanos, que necesitan soluciones antes que el prosaísmo interno en el Vaticano.
Fuente: LA PATRIA
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