Lunes 07 de octubre de 2013
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Editorial y opiniones
Las ciencias se apartan del dios de la Iglesia, pero no de Dios
07 oct 2013
Por: Maximiliano Corradi
Los profetas de Dios de la Antigua Alianza y también todos los profetas de Dios y hombres y mujeres iluminados de los pasados 2000 años advirtieron a la humanidad acerca de su propia siembra y llamaron a dar la vuelta. Desde muchas facetas de la verdad eterna le fue manifestado a los hombres su siembra y su futuro acorde a ésta. Mediando intervalos cada vez más cortos se ha hablado de los “inminentes” tiempos finales, pero la gran masa de los hombres ha vivido y sigue viviendo en el pecado y ha bailado alrededor de su becerro de oro: alrededor de su yo que aspira al mío, al mí y a la buena vida. Las advertencias se están cumpliendo. La humanidad está ante los llamados tiempos finales, aunque la expresión “tiempos finales”, no se refiere al fin del planeta Tierra, sino al fin de todo lo que está contra Dios.
El que la época materialista está llegando a su final, se anuncia también en un cambio en la visión científica del mundo. Las ciencias naturales, que llevaron al moderno materialismo a un extremo, lo han superado a través de los reconocimientos de los grandes físicos del pasado siglo: Einstein, Max Planck y Werner Heisenberg quienes concluyeron que al final de la realidad no está la materia, sino sólo un campo inmaterial que representa un potencial con la facultad de materializarse. Este campo es sólo un único campo del que está formado el universo entero. En el fondo todo es Espíritu.
