Sábado 05 de octubre de 2013
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El cuerpo humano es un cuerpo natural, cuyos elementos básicos son de la naturaleza. Por esta razón, el ser humano debería vivir con la naturaleza y reconocer en todas sus formas la fuerza propulsora, la vida, el espíritu. De este modo podría darse cuenta rápidamente de que el espíritu de Dios está más cerca de él que sus brazos y piernas. Si el ser humano se reconoce como una parte de la naturaleza, entonces se reconocerá también a sí mismo y comprenderá el efecto del Espíritu en la materia. Así él también reconocerá que no es sólo un cuerpo, sino que en su cuerpo existe un cuerpo espiritual que vive en su interior y que el cuerpo material es sólo el vehículo de éste ser espiritual interno.
Dios quiere que estemos sanos, fuertes, dinámicos y libres, pues somos nosotros mismos los que causamos lo contrario con nuestros pensamientos negativos. El es también la fuerza sanadora, el espíritu liberador en nosotros que nos quiere regalar alivio y curación.
(*) Vida Universal