El asunto va por ese lado de modo que lo importante es tener listo el tablero político para que los participantes comiencen a colocar las fichas y “cranear” la estrategia de juego que utilizarán en lo que ya es un año electoral, tomando en cuenta que las elecciones se realizarían en octubre del año venidero.
Planteamos la figura de este modo más accesible al criterio ciudadano, cuando ya aparecen los postulantes a las partidas del “juego ciencia” que obligará a tomar ciertos recaudos para evitar eliminaciones tempranas o deportivamente hablando, ser parte de un W.O. es decir perder por falta de equipo completo.
En las últimas semanas de septiembre se agitaron los equipos de la oposición planteando, por lo menos en un caso, una alternativa de solución a la dispersión de partidos u organizaciones ciudadanas que se adelantan para configurar un esquema que puede avanzar en el transcurrir del tiempo (límite) para organizar frentes o alianzas con programas competitivos como oferta a un público que aún se encuentra perdido y espera programas responsables que capten el voto indeciso que predominará en las ciudades.
Saltan a un nuevo escenario de concertación la Unidad Nacional (UN) y lo hace con personas o dirigentes connotados en la lucha revolucionaria, aunque sin definir todavía la verdadera estrategia de pelear el voto ciudadano. El MSM o el equipo de los “sin miedo” no descarta alianzas, aunque parece que buscará afinidades muy marcadas con su planteamiento, difícil de compartirlo. La otra fuerza es el Movimiento Demócrata Social, identificado como el equipo de los verdes y que tiene su mayoría de apoyo en el oriente del país, no rechaza ni adelanta acuerdos, pero necesitará concretar alguno que lo acerque al interés de la zona occidental, de lo contrario quedará sólo con el matiz regionalizado.
Mientras avanzan, todavía paso a paso, los preparativos de la partida política, el gobernante MAS tiene adelantada su campaña y la desarrolla abiertamente a lo largo y ancho del territorio con todo un aparato mediático que muestra a sus líderes en una tarea de franca y abierta promoción.
Lo que está faltando para ampliar el escenario del evento político es justamente el instrumento normativo, que debe ser analizado y aprobado en tiempo perentorio considerando que los partidos y agrupaciones necesitan saber bajo qué reglas de juego desarrollarán su avance cuadro a cuadro en el tablero electoral. Se espera la Ley de Partidos, modificada, adecuada y garantizada en el respeto a la democracia vigente y los derechos ciudadanos.
El movimiento de los peones, el juego de torres y alfiles será parte de todo un proceso que se aplicará casi de inmediato ocupando la atención ciudadana, en lo que será un “año electoral” altamente disputado, con alternativas muy peculiares que incipientemente ya se muestran en el preámbulo político.
Lo que se necesita es que todos los partidos, frentes y agrupaciones ciudadanas, desde donde se ubiquen en su perspectiva política piensen en la necesidad de presentar ofertas serias, responsables y viables. El pueblo ya tiene suficiente experiencia para separar lo bueno de lo malo y no sufrir más engaños con falsos postulados, los que se acostumbran para elecciones.
El tablero está listo, algunas fichas ya se mueven, la ciudadanía no perderá de vista las movidas de todos los competidores políticos. La partida comenzó.
Fuente: LA PATRIA
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