La cantidad de asalariados es cada vez menor, lo que significa una resta de aportantes para la jubilación, por tanto el sistema de pensiones está en crisis, así lo afirman los expertos en materia social al asegurar que está en riesgo la sostenibilidad del sistema debido a que no se hicieron buenos cálculos, lo que avizora una crisis en el manejo de las pensiones por mala aplicación de las reformas que se pretende implementar.
Un convenio entre el Gobierno y la Central Obrera Boliviana (COB) que establece un incremento de 1.300 a 1.400 en el monto mínimo de jubilación para los trabajadores con 35 años de aporte al sistema de pensiones pone en riesgo toda la estructura de tal beneficio que perdería la seguridad de su propia sostenibilidad en el futuro.
El analista económico Humberto Vacaflor, refiriéndose al delicado asunto, señaló que todas las advertencias que se hicieron anteladamente no fueron tomadas en cuenta en su oportunidad, antes de realizar las modificaciones que pueden alterar el curso del beneficio en el que tiene expectativa una gran cantidad de personas que dejarán su trabajo activo.
Entre las causas de la debacle que se vislumbra en el servicio de pensiones se toma en cuenta el problema latente de la ostensible disminución en la cantidad de trabajadores asalariados, considerando que en nuestro país ha crecido de manera descomunal el número de trabajadores informales, lo que resta de manera directa los aportes para el sistema de pensiones. En el análisis de la situación se plantea el estudio necesario de buscar la incorporación de tipo social del contingente informal a la seriedad de los aportes de ley, mostrando el valor de costear su futura jubilación.
La estructura laboral del país si bien tiene sectores productivos importantes, también muestra un apreciable déficit de empleos seguros, es decir los que se cumplen al amparo de las leyes y obligadamente al cumplimiento de normas que hacen posible el “ahorro” en un presupuesto “rotatorio” que sirve para el financiamiento del sistema de pensiones, de modo que con los aportes de los trabajadores activos y de manera secuencial se costea el pago de una pensión para quienes dejan de ser aportantes activos. Si no hay esa opción el desastre es inminente en cuestión de un periodo que se calcula entre 20 a 30 años más.
Dirigentes de la COB aguardan que la Asamblea Legislativa apruebe cuanto antes el proyecto de la nueva Ley de Pensiones que modificará la actual 065 en la que todavía se contempla algunas condiciones especiales en materia de años de servicio, aportes y la edad tope para lograr la jubilación. El proyecto de la nueva ley contempla la reducción de la edad de jubilación hasta los 58 años para varones y 55 para mujeres y se calcularán en base a las últimas 24 papeletas de pago, cuidando que la variación salarial de años anteriores no supere el 30 %.
En este asunto del sistema de pensiones prevalece el ejemplo que se adopta en base a la expectativa de los trabajadores mineros, pues hay variantes con los otros sectores y si bien las condiciones de trabajo en las minas tiene su marcada diferencia, no están lejos los riesgos para la salud de otros sectores laborales, por lo que será necesario debatir la reglamentación de la nueva Ley y adecuar la normativa mediante Decretos Supremos, de modo que no se abra una brecha de inequidad como sucede con el antiguo sistema de reparto, que también debe merecer un tratamiento de adecuación a la realidad nacional, en el sentido inversamente proporcional.
Fuente: LA PATRIA
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