Loading...
Invitado


Domingo 29 de septiembre de 2013

Portada Principal
Cultural El Duende

Benjamín Chávez

29 sep 2013

Fuente: LA PATRIA

Benjamín Chávez Camacho (Santa Cruz, 1971). Ha publicado: “Prehistorias del androide” (Premio Fundación Cultural FEPO, Oruro, 1994), “Con la misma tijera” (1999), “Santo sin devoción” (2000), “Y allá en lo alto un pedazo de cielo” (Finalista en el concurso Yolanda Bedregal 2001-2003), “Extramuros” (2004), “Pequeña librería de viejo” (Premio Nacional de Poesía 2006), “Manual de contemplación” (Antología personal, 2008), “Historia de las invasiones perdidas” (2012).

¿Fotos en alta resolución?, cámbiate a Premium...

Una cerveza a orillas del río Spree

Y este río femenino, agua que lo ha lavado todo

–o casi todo

flota sobre sí mismo (denso vientre

de secretos remolinos)

sílfide, pestaña,

chorro de luz retraída

en el paso de las horas.

Espuma de mi copa, tanta tarde

en un remanso: recodo

para intentar asir a la vida –ese otro líquido.

Atardecer en Cachuela Esperanza

El rumor del río nombra el fondo

de la tierra y sus promesas cumpliéndose cada día.

La efímera calle de la felicidad

Enfrentada a la indomable bravía de la selva.

Cada noche de luces, lo es ahora de sombras.

La iglesia erguida sobre la roca de San Pedro,

el teatro y su privada opereta enmudecida

las ruinas de la casa Suarez  –en ruinas.

Viejas y nuevas tumbas

en la espalda de la tarde caliente.

A la luz de este día, otro más que se acaba

quienes han esforzado los imperios humanos

–papel de cera calentado a fuego fatuo–

son insectos chamuscados

diminutos huesos de pajuelas crujientes

resignado enjambre mendigando una gota de sangre

cuando cae la tarde en Cachuela Esperanza.

Mitteleuropa

En las habitaciones donde

anida la grulla del recuerdo

atisba un pervivir 

y lánguidos blasones.

Son los últimos peldaños

de un camino tejido desde lejos

la tierra de tus mayores

oída en pláticas de la niñez

fábulas de alta noche en comidas familiares.

En esta ciudad –entraña alfombrada del sueño

El agua más pura

discurre con ímpetu de mar

y tu pecho contiene una burbuja de cristal soplado.

Buscas un pétalo

un bucle, una línea

que prolongue tus pasos

más allá del rubio mechón de cabellos de tu abuela

entre las páginas amarillentas de un libro de Heine

“…”

del que no recuerdas ni un solo verso

y el sol que acribilla al transeúnte

viejo cuervo puesto en fuga con su aleteo de intemperie

pocas líneas espantadas a plumazos.

Anotación al pie de un sueño

Los días vividos

se hacen más livianos

y flotan rosados y rechonchos

en los estanques del sueño.

Mi hamaca suspendida en horcones de la espesura

se transforma en un reluciente escritorio de maderas sintéticas.

–muñeco de cuerda dando manotazos a los lomos–

Vuelvo a poblar densas bibliotecas

libros abiertos con ademán espurio

íntimo diálogo silencioso

el soñado reencuentro con los fantasmas.

Espejo de agua

Contemplo mi rostro, más que inexpresivo, invisible.

Mudez de las horas y los motivos, la

laguna textual en esta página que

cambia de color a la luz del atardecer

inunda la planicie no manchada por lo escrito y

moja el resto del libro, humedeciendo, diluyendo, borrando.

Fuente: LA PATRIA
Para tus amigos: