Loading...
Invitado


Domingo 29 de septiembre de 2013

Portada Principal
Revista Dominical

Interview / Literatura

Adolfo Cáceres Romero

29 sep 2013

Fuente: LA PATRIA

Por Juan Manuel Fajardo - Abogado, Ensayista, Crítico de Cine

¿Fotos en alta resolución?, cámbiate a Premium...

JUAN MANUEL FAJARDO (JMF).- Erskine Caldwell, allá por 1963 declaraba: “El escritor está obligado, primera y únicamente, con su material. Dar al público lo que quiere es un buen negocio si usted está vendiendo goma de mascar; la novela es un arte, no mercancía, y los lectores se conmueven por el talento de un escritor, no por sus cualidades de vendedor”; ¿Don Adolfo, estamos en Bolivia, con Paz Soldán, Wilmer Urrelo, Rodrigo Hasbún, Ferrufino Cougenot ante un fenómeno de verdadera creatividad literaria?

ADOLFO CÁCERES ROMERO (ACR).-Son escritores que crean, quizá no son fáciles de entender; lo que impresiona son las imágenes descarnadas, los ambientes que exponen en sus obras; un poco adentradas en una forma de realismo sucio, por ejemplo Paz Soldán con su novela Norte. Los que estamos en la senda de Proust, reflexiva, donde no entra la violencia, esta forma de literatura resulta, muy diferente a la tradicional. Precisamente, estos jóvenes escritores y otros que van a la zaga, ocuparán gran parte de mi estudio en el V Volumen de mi Nueva Historia de la Literatura Boliviana; ahí trato dos temas fundamentales, “La literatura en el exilio” y “La novísima narrativa del siglo XXI”.

JMF.- En marzo del presente año, Ud., con un artículo titulado “Anotaciones sobre Literatura y Democracia” (Lecturas de Los Tiempos 31/03/2013), comienza un ciclo de análisis crítico del libro, “Literatura y democracia: Novela, cuento y poesía en el periodo 1983 - 2009” del Instituto de Investigaciones Literarias de la UMSA. ¿Cuándo se dice Literatura y Democracia, se infiere que en algún periodo, en alguna época hubo alguna restricción para escribir sobre temas determinados?

ACR.-El trabajo “Literatura y democracia: Novela, cuento y poesía en el periodo 1983 - 2009” de un grupo de escritores coordinados Omar Rocha y Cleverth Cárdenas Plaza, como reflejé en un artículo publicado en marzo del presente año, es una invitación a recorrer 25 años de democracia y dentro de este contexto la literatura en el país; me pareció una propuesta interesante y el empeño encomiable; sin embargo tiene relevantes ausencias; a pesar de estar anunciado en el título, se olvidaron de la novela, dejando de lado a muchos escritores y su obra que no puede pasar desapercibida, por ejemplo Renato Prada, Néstor Taboada, Manuel Vargas, Claudio Ferrufino, Gonzalo Lema, Gaby Vallejo, Ramón Rocha y otros, reduciendo el panorama a una postal con dos figuras, Edmundo Paz Soldán y Alison Spedding, ni para que hablar de mi obra, sencillamente fue ignorada; lo mismo sucede con el cuento boliviano, análisis de Omar Rocha Velasco en 9 partes; éste considera, grandes cuentistas a Jaime Saenz y Carlos Medinacelli que no son en sí cuentistas, menos todavía “grandes”, aunque es justo reconocer que escribieron algunos relatos interesantes, eso sí son novelistas, Saenz Autor de “Felipe Delgado” y Medinacelli de la “Chaskañawi”;estas ausencias o exclusiones nada gratificantes, las hé ampliamente analizado en varios artículos publicados el mes de agosto; reclamo en ellos incoherencias y limitaciones de un trabajo que de haberlo realizado con más seriedad, cuidado y contrastando sus fuentes con otras, también importantes, hubiera resultado mucho mejor.

JMF.- ¿Al contemplar el panorama de la producción literaria de la actualidad, en la novela, cuento teatro, poesía, que es lo que pondera y lo que deplora?, ¿alguna obra u obras, temáticas o estilos le han de fastidiar o aburrir?, o al contrario, ¿considera Ud., que es importante el curso de esta nueva corriente, ese ensayo de cosas nuevas para conservar viva y en marcha a la literatura?

ACR.-Me fastidia la necedad, esa posición cerrada, de aquellos que no reconocen sus errores. En ningún país todo lo que se publica es necesariamente de nivel, particularmente me inclino por las obras de nivel; los jóvenes han de tomar la literatura y el oficio de escritor más en serio, no es publicar por publicar; en cuanto a la novela, no es fácil escribir, es un reto su construcción; a veces una palabra, una frase, un párrafo está dando vueltas días y días, hasta que encaja como una pieza de un rompecabezas. Pondero el trabajo del autor obsesionado con lo que tiene que decir, digno de publicarse y leerse, que no sea solo mera fantasía; esto se aplica a Joyce, Dickens, a Dostoyevski, a Tolstoi. Deploro el facilismo con que algunos escritores tratan de explorar determinado tema, también la ambigüedad. Escribir es un trabajo enorme e implica una responsabilidad igual, un escritor es sembrador de ideas, sueños e ilusiones; con sabiduría y humildad transmite el credo del hombre libre.

JMF.- Don Adolfo, en Bolivia ¿el rol de los editores ha sido solamente, dar acabado final a la obra de un escritor?; le pregunto esto, porque en otras latitudes, el editor es un intermediario entre el autor y la editorial, trabaja para ésta, revisa, corrige, critica las obras, sugiere su publicación; ha sido notable el trabajo de por ejemplo Maxwell Perkins para la editorial Scribners, relacionado con el trabajo de Hemingway , Scott Fitzgerald y Thomas Wolfe; por supuesto otro conocido agente literario de habla inglesa, es Paul R. Reynolds.

ACR.-Recuerdo a Hector Cossío Salinas, que trabajaba para Werner Guttentag como editor; hablaba con los autores, comentaba con ellos sus obras, les sugería correcciones; luego me tocó a mí realizar ese trabajo también con Guttentag; en la actualidad, está Manuel Vargas de la editorial “Correveidile”, que sacó la primera edición de mi novela “La saga del esclavo”. Hay algunos que ejercen el trabajo de orientar pero la mayoría son imprenteros, saben del tipo de papel, cotizaciones etc., la parte técnica de la impresión y la económica; hacen libros. Guttentag, era un verdadero editor, buscaba contactos, invitaba a coloquios entre escritores, llevaba libros bolivianos a las ferias internacionales; era una labor importante la que hacía; buscaba traductores para obras nacionales, mi cuento “La emboscada”, gracias a Werner fue traducido a varios idiomas, al alemán, al noruego, al portugués, al japonés. En parte, el panorama actual es ese.

JMF.- Por lo general se considera que un novelista, el que escribe cuentos o piezas teatrales, trata con cuestiones de la imaginación y de hechos reales como materia prima, es su función tener que ver con los secretos laberintos del corazón humano, como decía Truman Capote. ¿En la génesis de su obra, qué ha sido primero, ¿el tema, el personaje o el lugar?

ACR.-No siempre en ese orden, los personajes me salen, el rato menos pensado; algo se me ocurre y pongo el tema, el lugar también lo encuentro a veces por casualidad, estudiando algunos textos de historia.

JMF.- ¿En Bolivia existe una especie de culto a Jaime Saenz, los literatos, antologistas, escritores, exceden en su admiración por todo lo que escribió?

ACR.-Su poesía es excelente, algunos le atribuyen exageradamente ser el más grande cuentista de Bolivia, olvidando a Cerruto y su obra “Cerco de penumbras” y a Costa Du Rels “El embrujo del oro”, respectivamente. Hay un círculo de escritores para quienes todo en la literatura boliviana del siglo XX, se reduce a Saenz a quien conocí personalmente, era un escritor bien cultivado. La novela “Felipe Delgado”, fue escrita por Saenz en muchos años, no es una novela integra, sin embargo es buena; tiene otras obras quizá mejores. Es una figura notable en las letras bolivianas, no hay duda.

JMF.- ¿Cual su opinión, sobre el intelectual en la política y la censura, o el veto a determinado escritor, en círculos literarios?; me refiero a lo sucedido el año 2011 a Vargas Llosa en ocasión de la XXXII Feria del libro de Buenos Aires. ¿El escritor debería autocensurarse en su trabajo y no escribir sobre algunos temas?.

ACR.-Platón acusó a los sofistas de ser capaces de defender cualquier causa por dinero; la controversia subraya el dilema que enfrenta el intelectual cuando trata de participar activamente en la estructuración de la política; pienso que los intelectuales tienen la suficiente capacidad, para influir significativamente sobre el clima de la opinión pública, siempre que se den en las circunstancias favorables para ello, especialmente en sociedades donde los medios de comunicación y la dirección de noticias no están sometidos a la censura. Ahora de su participación activa, muchos como yo, dudan de la conveniencia de la participación activa del intelectual en política; opino que debería mantenerse alejado del conflicto y ocuparse más de la crítica de los hechos; aceptar un cargo gubernamental anula su objetividad y, por lo tanto, abandona su verdadera misión de juzgar los hechos objetivamente. En cada época su contribución a la política y sus diversas manifestaciones ha sido importante, aunque a menudo los políticos la han utilizado de manera incompatible, con los objetivos del intelectual. La capacidad de comprenderse a sí mismo y aprehender la verdad tal como él la concibe es la base de su fuerza, entonces puede acudir y acude en determinados momentos con confianza y eficacia, a través de una crítica equilibrada a la tarea de influir sobre el medio que les rodea. Ahora sobre la autocensura en su trabajo, no debería existir; autorregularse, sin mutilarse intelectualmente eso sí. Lo sucedido con Vargas Llosa fue un exceso incalificable que terminó en la reivindicación del escritor.

JMF.- Hace poco concluyó el Sexto Foro de Escritores Bolivianos, en el Centro Cultural y Pedagógico Simón I. Patiño ¿Cuál es su opinión sobre estos eventos?

ACR.- Estos Foros siempre son saludables, es la única actividad cultural que se presenta al año en Cochabamba; en otras ciudades no se da el caso que como acá traigan escritores de fuera, que hablen de nuestra literatura, que hablen de sus obras, etc. Hace dos años, el Foro fue, para hablar sobre “Cuento Boliviano”; algo interesante, con sus particularidades y peculiaridades. Estas actividades mueven, promueven e inquietan; para mí en éste último Foro, uno de los mejores expositores sobre la nueva narrativa boliviana fue Carlos D. Mesa Gisbert, que hizo una reseña de la obra “Hablar con los perros” (2011) de Wilmer Urrelo, novela no muy fácil de entender. Mesa muestra los valores de ésta, eso es lo que debe hacer un crítico, ver que pesa más, lo malo o lo bueno, sí lo bueno está por encima, el autor se ha de perfeccionar, será un autor que siempre esté creciendo; nadie produce de entrada una obra de primer nivel. Es fundamental que los gobiernos municipales en sus Departamentos de Cultura preparen foros, certámenes, concursos de cuento, novela y poesía, con un buen presupuesto; deben dejar de ser administradores de espacios culturales, hacer contactos con escritores, con editoriales, con embajadas que donen libros a las bibliotecas públicas, y el libro llegue al lector y no permanezca guardado en los anaqueles como adorno de un ambiente.

Fuente: LA PATRIA
Para tus amigos: