Parece que no se ha insistido, o hilvanado lo adecuado para mitigar la zonpenquería crónica que azota nomás. La proliferación de ideas huecas, estériles, repetitivas; pero infectantes demuestra aquello.
Poner al Estado aún con necedades de carácter étnico —no se decide cómo nacer— como avasallador del individuo dándose cuenta o no; no demuestran un avance en la humanidad. Hay que aclarar varias cuestiones históricas, hay que limpiar la historia plagada de voceadores que por el hecho de salir en la televisión, el periódico, textos u otros medios pudieran parecer creíbles; claro que sería justo salvar algunos pocos casos de seres a quienes parece no interesarles la demagogia.
La cosa se hace aún más complicada cuando se mezclan especímenes populistas con postulados reivindicacionistas, izquierdistas, socialistas —los buenos según ellos—; entonces era necesario buscar a los malos: “la derecha”; para eso se ha elaborado una campaña de desprestigio, aún de calumnias contra el liberalismo, por ejemplo, se ha relacionado con éxito a “la derecha”, con dictadores, esclavistas, explotadores, claro que ha sido con éxito; incluso las encuestas parecen demostrarlo, como lo demuestra también la relación que al parecer el populacho hace de tal “posición”, con los corruptos, los ladrones, vendepatrias, o asesinos: claro que para eso hay que ignorar las persecuciones tremebundas del “izquierdista”, “socialista” o “comunista” Joseph Stalin; el testimonio de los intentos de violación, violación consumada que da Günter Grass , de su madre por parte del “ejército rojo” en la Segunda Guerra Mundial, que demuestra también que no importa tanto si se es de izquierda o de derecha, lo que importa mejor puede ser cómo es el individuo, personal.
Puede demostrar también la poquedad de razonamiento y de ensalzar sólo por ensalzar alguna posición ideológica o la falsedad de las palabras que se vociferan —decir “liberación” a nombre de una postura no muy libertaria—, el Gulag, que Eric Pleasants; un “objetor de conciencia”, un atlético luchador deportista que sorteó los avatares de esos tiempos, lo describe así: “Inta. Un pueblo-prisión en el yermo nevado del Artico, así llamado por el río que por allí pasa. Un campo de trabajo de esclavos con estricto régimen en la república soviética de Komi, y uno de los campos de trabajos forzados más duros e inhospitalarios en la totalidad del sistema de Gulag, establecido por Stalin a lo largo de toda la URSS...” (1). También se han descrito las persecuciones “revolucionarias” a muerte hacia sus detractores; más de sesenta años después parece que esa costumbre no se ha perdido. Y es que esas posturas son totalitarias aunque se lo niegue, aunque se las haya elegido por voto: eso no significa que los actos ya en el “poder”, sean democráticos. Obedece a la pobre explicación marxista de la lucha de clases; que es practicada por los gobiernistas de turno: los pobres contra los “ricos”: reducir su visión del hombre a esa mezquindad, a esa filfa. Claro, necesitan repartir dinero, para ocultar la verdadera crisis que carcome al lugar; dar dinero suele hacer “quedar bien”, ¿no?
Entonces sería necio expresar que sus injurias contra el mortal que se les oponga, contra la vituperada derecha, contra el calumniado liberalismo, contra la historia de un país; no han tenido éxito.
Creo necesario pensar en el libro de Paul Johnson: “La historia de los judíos”, en la página 519 demuestra cierta lucidez: “Un intelectual como Lenin que percibía claramente la irracionalidad del pogromo antisemita ruso y se habría sentido avergonzado de dirigirlo, aceptaba plenamente su espíritu, una vez que se ampliaba el blanco para incluir a toda la clase capitalista y así dirigió pogromos en escala infinitamente mayor matando a centenares de miles de personas , no sobre la base de la culpa individual sino de la mera pertenencia a un grupo condenado” (2).
Sin embargo, pienso con fruición en el camino alegre hacia afuera del tiempo circular, en la singularidad del esfuerzo.
Bibliografía:
(1) Eric Pleasants, “Los bastardos de Hitler”.
(2) Paul Johnson, “A history of the Jews”, Traducción: Aníbal Leal. Ediciones B.S.A., 2006 para el sello Zeta bolsillo Barcelona, España
Para tus amigos:
¡Oferta!
Solicita tu membresía Premium y disfruta estos beneficios adicionales:
- Edición diaria disponible desde las 5:00 am.
- Periódico del día en PDF descargable.
- Fotografías en alta resolución.
- Acceso a ediciones pasadas digitales desde 2010.