Control de calidad y efectiva inspección de los alimentos

La falta de control permanente y efectivo del expendio de alimentos, así como su manipulación, procedencia, fecha de expiración y hasta el registro sanitario de elaboración, otorgan la calidad a los productos alimenticios que se complementan con otros atributos como la presentación, composición y pureza, todo esto para tener un efectivo control de calidad de lo que consumimos.

El cumplimiento de esas normas de calidad con seguridad permiten la aceptabilidad del producto, en este caso habría sido el yogurt del desayuno escolar que se otorga a los estudiantes de las escuelas y colegios fiscales de la capital, sin embargo, nadie realizó ese control, dejando a merced de los niños un producto que les provocó una intoxicación estomacal y motivó justificada alarma entre los propios estudiantes, profesores y padres de familia, situación que se dio por la falta del control de calidad y de una efectiva inspección a los alimentos.

No podemos tener estrategias de control de los alimentos basadas en el riesgo, sino más bien en el oportuno seguimiento y vigilancia que se realice a los centros educativos, centros de abastecimiento y hasta los centros comerciales donde se expenden alimentos incluso importados, que quizá no cumplan con el requisito de no ser vendidos al borde de la expiración de la fecha de vencimiento.

Los consumidores también somos responsables de realizar el control de calidad para saber de qué forma se producen, elaboran y comercializan los alimentos, aplicando normas ya existentes, para el control de los alimentos, basadas en principios y directrices de carácter científico, y que abarquen todos los sectores de la cadena alimentaria.

En nuestra capital es el segundo caso de alarma por mal manipuleo de alimentos, el primero que obligó a la señora alcaldesa a recibir atención médica de urgencia, junto a una concejala en una clínica privada, por una intoxicación y ahora el yogurt que se entregó a los niños de un establecimiento y que bien podría haber tenido consecuencias más graves si no se denunciaba a tiempo.

Por todo ello se debe otorgar especial importancia al control alimentario, mejorar la inocuidad y calidad de los alimentos y la nutrición, con el fin de proteger la salud pública, prevenir el fraude y el engaño, evitar la adulteración de la etiquetas y fomentar el comercio legal, realizando inspecciones programadas y sorpresa para ver si todos cumplen con la higiene, adecuado manipuleo y hasta el manejo apropiado de los alimentos.

Así este control de los alimentos permitirá por parte de las autoridades aplicar una regulación obligatoria de cumplimiento de las normas para proteger al consumidor y garantizar que todos los alimentos, durante su producción, manipulación, almacenamiento, elaboración y distribución sean inocuos, sanos y aptos para el consumo humano.

Se debe educar a la población sobre la lectura de los etiquetados de forma objetiva y precisa, de acuerdo con las disposiciones y la norma legal, para así conseguir que los consumidores puedan cuidar y proteger su salud frente a alimentos peligrosos, infectados y fraudulentamente presentados, que están a la venta en el comercio y se consume sin control previo que se debe realizar para autorizar su venta y comercialización.

Ojalá no tengamos que lamentar nuevas intoxicaciones para asumir una actitud responsable frente al cuidado y protección de la salud pública ciudadana, que además es la única vida que pone en riesgo la población, por falta de educación, desinformación, descuido y falta de motivación de un adecuado control de las autoridades.

(*) Periodista

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