Las paradojas que se dan en nuestro país son parte de un proceso que mucha gente, la más pobre, no alcanza a comprender pues se trata de que las cifras muy alentadoras que se pregonan hagan que la economía nacional muestre la importancia que tiene el crecimiento de nuestras reservas financieras en el orden internacional.
Sin embargo, así reflejen tales cifras, hay evidencias de la existencia de miles de bolivianos en situación de hambre, que todavía no han gustado del beneficio de las macro cifras porque en el hecho tangible lo que se supone son billetes no han llegado a los bolsillos de esa población que vive con muchas restricciones, con un salario mínimo vital que se achica diariamente, en tanto que hay otra gente, especialmente en el área rural y en los cinturones periféricos de las ciudades, que hacen malabarismo de vida para subsistir con lo poco que pueden generar en su restringido hábitat.
La acción mediática muestra avances sumamente positivos en torno a la economía boliviana y se asegura que nuestro país subió seis escalones en la escalera de la competitividad económica. Así lo asegura el Foro Económico Mundial, desde Ginebra Suiza con el informe del Bussines School.
Hay varios elementos que fueron analizados por expertos, señalando pautas positivas como un superávit fiscal, baja deuda del Estado Boliviano, tasas activas de ahorro y suficiente disponibilidad de capital de riesgo y acceso al crédito. Es suficiente prueba en materia de garantizar una economía en ascenso y con posibilidades de afirmarse mucho más.
A pesar de esa tendencia positiva, los informes de investigación señalan también los factores negativos como: Enfrentar una serie de gastos y pagos irregulares, altas tasas impositivas en varios rubros, dificultades para mucha gente en el acceso a las fuentes financieras, falta de garantías para algunas inversiones, lo que dificulta la Inversión Extranjera Directa (IED), lo que además restringe la opción de captar transferencia de tecnología, por la escasa oferta de proveedores externos.
Se remarca que hay dificultades para hacer negocios en Bolivia, porque resulta muy difícil acceder a créditos, hay mucha burocracia, reglas de exigencia desproporcionada en los entes financieros y por otra parte, corrupción y falta de adecuadas reglas legales de seguridad. Este panorama es el que está cambiando paulatinamente, aseguran las autoridades nacionales.
Como emergencia de esas observaciones es que los entendidos señalan que si bien las cifras se toman en cuenta para leer el desarrollo de la economía boliviana por otra parte es obvio que no se valoran en su justa dimensión los hechos reales que son parte de un alto porcentaje de bolivianos sin empleo seguro, otros miles viviendo de la economía informal, los marginados que se desenvuelven en las comunidades rurales esperando que de las macro cifras les llegue algo, es decir que todavía está vigente un factor de inequidad que debería superarse con medidas más prácticas que sean parte del proyecto de cambio “para vivir mejor”, pero todos los rincones del país.
Pese a tales contingencias, los resultados del Informe de Competitividad Global 2013 al 2014, muestra la subida de seis escalones en el ranking del comportamiento económico de la región frente a países de América Latina y el Caribe que se estancaron en su desempeño competitivo. Con ese parámetro lo más que se espera en nuestro país es que los beneficios económicos sean distribuidos equitativamente.
Fuente: LA PATRIA
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