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Domingo 24 de enero de 2010

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Revista Dominical

En el Carnaval de Oruro

Usurpación de la diablada es satirizada por Sogalbe

24 ene 2010

Fuente: LA PATRIA

La sátira va contra los conjuntos diablescos de Chile, Perú y el Gran Poder • Por: Dehymar J. Antezana A.

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Desde que los conjuntos folklóricos que participan en el Carnaval de Oruro, Obra Maestra del Patrimonio Oral e Intangible de la Humanidad, salieron al exterior del país, como medio siglo atrás, se ha producido en varias naciones de nuestro continente y otras latitudes, el fenómeno de la imitación y apropiación de nuestra cultura, de la cultura boliviana y orureña.

La danza de la diablada que tiene sus propias características en el origen, baile, coreografía, simbología, música y vestimenta, ha sido copiada despiadadamente por ciudadanos de otros países y de otras festividades, incluso del interior de Bolivia, haciendo ver al mundo entero que es propia de ellos.

Sin embargo, esos argumentos no son nada valederos, ya que ni la música que difunden en sus festividades es propia. Ese fenómeno de usurpación se dio a partir de la década del 60 del siglo pasado, cuando los conjuntos folklóricos, principalmente, las diabladas salieron al exterior, como el caso de la Diablada Ferroviaria, que visitó la fiesta de la Tirana en Chile.

Gustó tanto esa danza que los chilenos a partir del año siguiente, comenzaron a representarla en su festividad.

Pero no sólo fue en ese país, sino también el Perú y otras latitudes, cuyos habitantes quedaron maravillados por la magnificencia, vistosidad, garbo y lujo de los diablos de Oruro, que al no resistir tan impresionante magia, adoptaron o hicieron parte de sus fiestas algo muy propio de la Capital del Folklore de Oruro.

Por otro lado, fueron también los propios bolivianos que emigraron a los países vecinos, quienes al no separarse de sus costumbres y tradiciones formaron junto a sus compatriotas y amigos extranjeros, conjuntos folklóricos, no solo en el caso de la diablada, sino también en otras especialidades de danza.

Pero, decíamos que ese fenómeno no sólo pasó en el exterior del país, sino también en el interior, como el caso de la fiesta barrial del Gran Poder o las festividades de Urkupiña, Chutillos y otras menores.

Si bien se expandió la cultura orureña identificada principalmente en la danza de la diablada, se creó un peligro que a la fecha pone en alto riesgo el origen de las danzas que tomaron toda su forma en el Carnaval de Oruro, porque se pretende adueñar de un tesoro que costó más de un siglo construir a los orureños, quienes generación tras generación, lograron edificar una manifestación cultural que ahora es la Obra Maestra y el Patrimonio Oral e Intangible de la Humanidad, declarado por la Organización de las Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura (Unesco), en 18 de mayo de 2001.

Esa apropiación indebida que también podemos entenderla como una usurpación cultural ha tenido su efecto y una respuesta en nuestra ciudadanía, que ante la falta de acciones de defensa de nuestras autoridades de turno que pasaron por décadas, encontraron en la sátira una forma de desahogo y denuncia ante el mundo, de lo que se pretende hacer con la riqueza cultural del pueblo orureño.

SOGALBE

Es por eso, que un grupo de jóvenes motivados por esos agravios, decidieron formar un grupo que satirice el robo de las danzas del Carnaval de Oruro, principalmente de la danza de la diablada.

Ese grupo de jóvenes celosos del Antruejo de los Andes, nació en las calles Soria Galvarro y Belzu en febrero de 1976, y de ahí precisamente deriva el nombre del club, conocido como Club Sogalbe, que es la abreviatura de las calles mencionadas.

El club nació bajo la mirada de sus fundadores, la mayoría abandonaron este mundo, Hugo Colque (†), Freddy Peláez (†), Ricardo Molina (†), Francisco Fuentes (†), Ángel Orozco (†), Teresa López Viaña (†) y Javier Miranda (†). Sólo cuatro de ese grupo quedan con vida: Carlos Belzu, Guillermo Yugar, Filiberto Miranda y Freddy Luján.

Actualmente, el Club Sogalbe está dirigido por una segunda generación de jóvenes que mantienen el principio de sus fundadores, satirizar la danza de la diablada que es usurpada por otros países. Su directorio está integrado por el presidente: Daniel Gutiérrez; vicepresidente, Ramiro Alanoca; secretario, Luis Correa; tesorero, Fernando Rojas y comité de organización, Emilio Sarmiento.

Ellos nos cuentan a través de Luis Correa, que la finalidad de su entidad es defender el patrimonio de la cultura de Oruro, como es su Carnaval.

“Esto se hace desde hace tiempo, es desde el 76, nosotros somos la segunda generación y en ese año nace la idea con el señor Carlos Belzu de satirizar y defender la diablada de Chile, ya que ellos son carentes de danza, cultura, entonces, se fijan en nuestras danzas y tratan de usurparlas y por eso es que asumimos defensa de nuestro patrimonio”, indicó.

A partir de 1976, lo jóvenes de la Soria Galvarro y Belzu, se organizan y deciden participar en el Carnaval de Oruro, mostrando al público su expresión de protesta a través de la sátira.

Pero ese fin no hubiese sido posible, sin el apoyo de un bordador que lamentablemente ya dejó este mundo, don Gregorio Flores (†), elemento fundamental para la participación de los jóvenes y quien les fletaba la ropa, por decir algo, ya que en realidad, utilizan partes de la vestimenta de los personajes de la diablada para ingresar solamente durante la entrada del domingo de Corso de Carnaval.

Ese apoyo ahora está cargo del hijo de don Gregorio, Luis Flores, quien mantiene el respaldo a Sogalbe.

En realidad, lo que hace ese Club es disfrazarse para hacer sátira de la vestimenta de la danza de la diablada, como ocurre en otros países que intentan adoptar este baile como propio.

Al margen de la vestimenta, también son cuidadosos en elegir la coreografía y pasos, que también es una exagerada sátira y no se asemeja en nada al ballet que muestran las cinco diabladas del Carnaval de Oruro.

Esa idea de sátira se fue adentrando en lo más íntimo del ser de esos intrépidos jóvenes y el proyecto se fue consolidando año tras año.

Pero cuando llega el Carnaval, Sogalbe no sólo se destaca participando en la entrada del domingo de Carnaval, sino que su barrio es adornado con banderines, mostrando ese ambiente carnavalero que debería existir en la ciudad. Hace años, solían incluso poner alegorías del Carnaval de Oruro en su calle, sin embargo, desde que fueron desapareciendo los artistas esa tradición se fue olvidando, lo único que prevalece ahora es el adornado de la calle.

NOMBRE

Al principio, el conjunto fue denominado como la “Diablura Chilena Sogalbe”, precisamente, por la usurpación que se hace de la danza de la diablada en la fiesta patronal de “ La Tirana ”.

Con el paso de los años, ese nombre del conjunto cambio por la “Diablada del Gran Joder”, satirizando a los grupos diablescos que participan en la fiesta barrial del “Gran Poder” de la ciudad de La Paz.

DEVOCIÓN

Pese a que su participación sólo es en el domingo de Corso del Carnaval de Oruro, los jóvenes de Sogalbe son muy devotos de la Virgen Morena del Socavón, es así que en 1999 el socio Jorge Sandoval (†) obsequió al club la imagen de la Virgen del Socavón a quien le rinden pleitesía por la inmensa devoción que le tienen.

A partir de ese año, los danzarines de ese conjunto comenzaron a organizar veladas y efectuaron misas en su honor, como ocurre en cualquier conjunto folklórico tradicional que participa en el Carnaval de Oruro. El mismo año el conjunto contrata su propia banda y se instauran la tradición de los pasantes.

En los años 1989 y 2000, Sogalbe tuvo el apoyo de la Asociación de Conjuntos del Folklore de Oruro (ACFO), cuyos directorios aportaron con un monto económico para que se pueda contratar una banda propia que les acompañe durante el recorrido, ya que desde que iniciaron su participación en el Antruejo de los Andes, siempre ingresaron detrás de la Diablada Artística Urus.

Los socios de las calles Soria Galvarro y Belzu, pidieron desde hace varios años, su incorporación al seno de la ACFO, pero ese hecho siempre les fue negada, pese a que se dedican enteramente a la defensa de la danza de la diablada.

Sin embargo, pese a esas negativas, continúan participando en el Carnaval con el sacrificio económico que hacen para pagarse una banda de música, para no depender de ningún conjunto folklórico.

LA TRADICIÓN

Desde que la imagen de la Virgen del Socavón apareció en Sogalbe, se tiene un programa definido para la participación de cada año. Se hacen las veladas todos los sábados, no existen ensayos, ya que el único que hacen, es un par de horas antes de salir de su barrio a la entrada. Recuerdan lo que aprendieron un año antes e innovan algunas coreografías más.

Los pasantes se encargan muy temprano de hacer la misa de acción de gracias en su barrio, en honor a la Patrona de los mineros, posteriormente los muchachos se dedican a vestirse y a ensayar la coreografía y pasos. A las 11:00 horas aproximadamente, se sirve el almuerzo de camaradería y se invitan platos tradicionales, incluso a los ocasionales transeúntes.

Cuando llega el mediodía, los diablos parten de su barrio bailando hasta el punto de partida de la ruta establecida para el Carnaval de Oruro. Como es un conjunto ya tradicional en dicha manifestación, no necesitan hacer fila o esperar algún turno, porque ingresan al domingo de Corso, ni bien llegan hasta el punto de concentración.

Esa situación se da con el consentimiento de los dirigentes de la ACFO y del control policial que está en la puerta de ingreso.

PRESENTACIÓN

Una vez dentro, hacen de las suyas para alegrar al público que responde con aplausos y ovaciones. La música que se utiliza es la misma que se interpreta en los conjuntos folklóricos de la danza de la diablada.

Los jóvenes danzarines muestran la sátira a la diablada chilena, a la diablada paceña y a la diablada peruana, sin embargo, esa exageración en la imitación muchas veces les ha llevado a tener algunos problemas, principalmente con ciudadanos chilenos que observan la entrada.

Como no les gusta la sátira comienzan a discutir y a buscar problemas con los danzarines de Sobalbe, que en un par de ocasiones terminó en agresiones físicas.

“Satirizamos no sólo la ropa, sino también en la forma de bailar, tenemos unos pasos que hemos creado que se ve en ridículo lo que es la diablada de otros países, por ejemplo, interpretamos pasos de los incas, pasos de ejercicio del Ejército y otros pasos para ridiculizar más lo que es la diablada de Chile” dijo el

Responsable del comité de organización, Emilio Sarmiento.

ACTUALIDAD

Con el paso de los años, de los diez integrantes que tenía el club, ahora se octuplico esa cifra, jóvenes que son atraídos por el fin que persigue Sogalbe. Pero, al margen de tener juventud de las calles Soria Galvarro y Belzu, también se tiene la participación de jóvenes de otros barrios de la ciudad, actualmente, llegan desde La Paz, Cochabamba, Argentina y Brasil.

Asimismo en sus filas, se contó con algunas personalidades, como los jugadores de fútbol Walter Flores y el “Colorado” Hoyos, y otros que se camuflan con el disfraz que utilizan.

Para el Carnaval 2010, la diablada del Club Sogalbe, tendrá la denominación de Diablura chileno-peruana, y por primera vez en su historia se tendrá la participación de una miss de belleza.

Será uno de los integrantes, que ridiculizará a la miss peruana, Karen Schwartz, quien el pasado año tuvo el atrevimiento de presentarse en el concurso de Miss Universo, con un traje típico con las alegorías de la diablada de Oruro, señalando que era propio de ese vecino país.

Ese danzarín se vestirá de la miss peruana en desagravio a lo sucedido la pasada gestión, que movilizó a las diabladas de Oruro, cuya actividad terminó en el kilómetro cero del país, con una presentación de lujo.

En el conjunto se cobra una inscripción de 30 bolivianos, además de cinco que va estrictamente para el flete de la ropa. El monto de la inscripción sirve para amortiguar los costos de la banda de música y en el caso de que falte, son los miembros del directorio quienes aportan con una mayor cantidad para cubrir el costo total de los músicos.

PREMIO

Cuando la segunda generación de Sobalge estaba en la etapa de la niñez participó en la entrada del Corso Infantil y logró uno de sus únicos galardones, como es un certificado del Club Ateniense.

Fuente: LA PATRIA
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