A poco más de una semana para ingresar en el último trimestre del año en curso, se vislumbran algunas novedades que podrían darse en materia de inversión pública, considerando que el cierre de una gestión resulta sumamente gratificante si la población tiene en su balance del año un buen registro de obras u otros beneficios que sirven a la familia, base de la comunidad social.
No hay que descartar que el sistema político, responsable de la administración pública en el país, debe extremar recursos y acciones para mostrar una buena voluntad de servicio que no se confunda con “obras políticas” como sucederá con las que se presenten el próximo año, calificado ya como año electoral.
Otro aspecto que predominará en los tres meses venideros será la búsqueda de soluciones a varios problemas latentes particularmente en el orden social, por ejemplo el caso de la salud, cuya cumbre social ha sido diferida creando una seria controversia entre los protagonistas de esa actividad, pues no se avanzó absolutamente nada en establecer condiciones favorables para que mejoren los servicios de la salud pública y la del seguro social en el país. Este tema debe aclararse antes de fin de año.
Cuando se mencionan otros aspectos, por supuesto que hay varios pendientes, como el referido a la educación, desde el nivel inicial, primario, secundario y el universitario, este último donde se plantea mayor presupuesto y sin embargo se demuestra que la universidad como tal no tiene capacidad de inversión en mejorar las condiciones de preparar a los nuevos profesionales, en tanto en los otros niveles, las características de un nuevo modelo demora en su aplicación horizontal, aunque existan medidas verticales… hay un problema que no está siendo comprendido y que se complica con demandas salariales.
Los sistemas productivos avanzaron positivamente bajo ciertas normas de incentivos, como las que se otorgan al gas y petróleo, o las buenas relaciones con el sector privado que prometió mayores inversiones, en la medida en que se otorguen suficientes garantías y favorables condiciones tributarias. En este rubro no está precisamente la minería, cuya nueva ley ojalá sea aprobada antes de fin de año para que el próximo sea reactivado todo el sector.
Otra preocupación es la baja ejecución presupuestaria en los municipios y en las gobernaciones, donde la justificación se atribuye a una pesada gestión administrativa que no siempre puede cumplirse para gastar adecuadamente los recursos de inversión pública. Ya se han hecho algunos ajustes, pero deberían aplicarse medidas de emergencia para reducir al mínimo la burocracia de los ministerios donde se justifican los gastos públicos, que no son usados positivamente.
Es mucho lo que falta por hacer, pero se entiende que si hay políticas de acción efectiva lo menos que puede hacerse en el último trimestre de este año es eliminar los “cuellos de botella”, optimizar el cumplimiento de metas trazadas para la gestión que debería cerrarse sin problemas sociales que en el año electoral pueden convertirse en factores adversos para la población.
Es importante que no se confunda la conciencia ciudadana con una cadena de obras electorales, las condiciones de la democracia vigente exigen un pleno respeto a los derechos ciudadanos y a las expectativas comunes de un pueblo que pueda definir sin presiones, pero de manera objetiva, el cambio que planteen los candidatos políticos. La conciencia ciudadana responderá al efectivo cierre de la presente gestión.
Fuente: LA PATRIA
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