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Domingo 15 de septiembre de 2013

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Cultural El Duende

EL MÚSICO QUE LLEVAMOS DENTRO

“La necesidad de decir, de no callar...” Diálogo con Cergio Prudencio, compositor boliviano

15 sep 2013

Fuente: LA PATRIA

Coriún Aharonián

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(Segunda parte)

Coriún Aharonián: ¿Y cuál es el reflejo de todo esto (el trabajo en la OEIN) en tu propia actividad creativa?

Cergio Prudencio: El contacto con la música nativa de Bolivia a partir de 1979 me ha definido como compositor. Estoy ante una inagotable veta tímbrica y ante una música que me ha enseñado mucho sobre estructura, construcción y continuidad compositivas.

C. A.: Evidentemente, has sido “reconquistado” por los instrumentos altiplánicos, lo cual parece ser un acto de justicia histórica (así al menos lo sentía yo a comienzos de los setenta, cuando acepté a mi vez su desafío)...

C. P: Los instrumentos nativos tienen además un sentido práctico y eso es muy importante. Es fácil conseguir los instrumentos y también los instrumentistas. En América Latina debemos aprender a trabajar con los sonidos que tenemos a mano, casi siempre mucho más ricos que la orquesta sinfónica o el cuarteto de cuerdas anhelados por deformaciones académicas.

La experiencia con los instrumentos nativos nace de la necesidad de adaptarnos a la realidad social, cultural y económica de Bolivia. Por eso hablo de su valor práctico.

C. A.: ¿Qué has compuesto después de tu admirable “La ciudad”?

C. P: No es mucho lo que he compuesto en los últimos años (4); son apenas unas cuantas obras. Sin embargo, en este momento estoy trabajando en varios proyectos simultáneos: una nueva obra para la OEIN con agregado de guitarras y percusión, obra que seguramente estrenaré hasta fin de año; también una pieza electroacústica sobre materiales de bandas de música popular (“bronces”); hay una pieza para piano amplificado en elaboración y finalmente una fuerte tentación por alguna forma de drama musical. Veremos qué queda vivo de todo esto. No tengo todo el tiempo que quisiera para componer, lamentablemente.

C. A.: Has estado trabajando también en música “aplicada”, ¿verdad?

C. P.: Me siento útil trabajando interdisciplinariamente. Sobre todo en video, aunque también en cine y teatro he encontrado un espacio de trabajo muy enriquecedor. He compuesto música y he musicalizado trabajos documentales sobre temas antropológicos, históricos, culturales y también de ficción. Es necesario confrontarse con otras áreas. En Bolivia hay un gran movimiento de producción en video que cumple una función alternativa al cine en crisis, por razones económicas. El nivel técnico se va superando mucho: hay calidad y cantidad. Las autoridades han hecho conciencia de ello y están apoyando la iniciativa espontánea con el otorgamiento de un importante premio anual. Éste es un valioso terreno de acción para el músico.

C. A.: ¿Y la docencia?

C. P.: La docencia es para mí importantísima, no sólo por la función social que cumple, sino porque es la mejor “preparación física”“ que un músico pueda tener. Aprendo mucho enseñando. Aparte de eso, me gusta enseñar, lo cual no significa necesariamente que yo sea un buen docente. Soy profesor de composición, análisis y armonía en el Conservatorio Nacional de Música y profesor de sistemas en el Programa Libre de Estudios Musicales. Además soy instructor de instrumentos nativos en la OEIN, junto a otros profesores con quienes permanentemente confrontamos experiencias, las procesamos, evaluamos y documentamos, orientados conscientemente hacia la formación de una pedagogía musical boliviana. Éste es un proyecto que puede aparecer grandilocuente y utópico, pero se sostiene con la experiencia pedagógica tan sorprendente de la OEIN. En poco tiempo tendremos algo viable que proponerle a este país en materia de educación musical básica.

(fuente: Revista Ciencia Cultura, n.11, UCB, La Paz dic. 2002)

Sobre la OEIN

La Orquesta Experimental de Instrumentos Nativos (OEIN) es un ensamble de música contemporánea, único en su género, trabaja con instrumentos musicales tradicionales de los andes. Esta orquesta fue fundada por el músico y compositor Cergio Prudencio en 1980 y todos los instrumentos utilizados en la orquesta se comportan en la tradición de acuerdo al concepto andino de tropa. Tropa se define como el conjunto de instrumentos que pertenece a una familia de un tipo organológico determinado. La música tradicional es el pilar que sostiene la técnica y la filosofía de la OEIN, mientras que la música nueva es la expresión que proyecta la identidad de hoy en día. La OEIN, además de ser un elenco musical, es un sistema de educación musical inicial basada en los instrumentos nativos y su música tradicional. Así, los alumnos desarrollan simultáneamente habilidades musicales, capacidad de pensamientos y actitudes solidarias para practicar en la vida. El Programa de Iniciación a la Música (PIM) prueba la viabilidad de una pedagogía musical armónica con la historia e idiosincrasia. Con el PIM, se alcanzan varios objetivos como la identificación y el desarrollo de talentos musicales, la sistematización de una didáctica musical, y el fomento a la producción artesanal en la fabricación de instrumentos, entre otros.

Fuente: LA PATRIA
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