Inconsistencia ética de los argumentos abortistas (II)
14 sep 2013
Por: Miguel Manzanera, SJ
En algunas legislaciones el aborto está despenalizado y/o legalizado cuando se detectan malformaciones en el “nasciturus”. Para ello se hacen diagnósticos prenatales. Especialmente cuando se detecta una anencefalia seria por no haberse desarrollado el cerebro, se recomienda abortarlo ya que de otra manera morirá al poco tiempo de nacer. Incluso en algunos países como Holanda en determinadas malformaciones se permite eliminar al ya nacido. Como justificación se indica que así se evitaría que haya niños con problemas serios. También la familia y la misma sociedad ahorrarían recursos en atenderlos.
Respondemos a este argumento indicando en primer lugar que los exámenes prenatales, sobre todo los preimplantatorios y los realizados en las primeras semanas de embarazo, pueden dañar al mismo bebe en gestación e incluso dar resultados equivocados. Pero, aunque sean ciertos, el aborto de fetos o bebitos malformados constituye una grave e intolerable discriminación. Ningún ser humano puede ser discriminado. De hecho en algunos países apenas se ven niños con síndrome de Down. Más bien debe haber leyes y políticas para atender y cuidar antes y después del nacimiento a quienes adolecen de discapacidad y también para apoyar a las familias que los cuidan.
Respecto de los niños anencefálicos cuya muerte es previsible, es totalmente cruel matarlos. Merecen ser respetados y cuidados. Para los padres, especialmente para la madre, cuando nazca su hijito será un gran consuelo poder atenderle con cariño hasta que muera, dándole una digna sepultura, evitando así que los restos sean echados a la basura como se hace en los abortorios.
Según otro argumento para legalizar el aborto, muchas mujeres mueren o contraen enfermedades a causa de los “abortos mal hechos” ya que éstos son ejecutados por personas incompetentes y en condiciones poco higiénicas. La legalización permitiría el “aborto seguro” y disminuiría la mortalidad y morbilidad maternas.
Hay que responder a este argumento desvelando que en las campañas a favor del aborto frecuentemente se exagera el número de muertes maternas para conmover a la opinión pública. El Dr. Bernard Nathanson, director de una clínica abortera en Nueva York y tristemente conocido como el “rey del aborto” por los miles de abortos que ejecutó, al ver en una ecografía un aborto por succión, se arrepintió y se convirtió en un defensor provida. Declaró que en las campañas abortistas que dirigió falseaban las estadísticas.
Por otra parte la mortalidad materna no se reduce con la legalización del aborto, ya que todo es traumático y la mujer corre un riesgo. La salud materna se mejora básicamente con políticas eficientes de salud materno-infantil. Tal es el caso de Chile que tiene leyes prohibitivas del aborto y al mismo tiempo ofrece un magnífico servicio ginecológico obstétrico pre y postnatal.
También se argumenta que en países donde el aborto está penalizado, apenas hay juicios contra los aborteros. Por lo tanto sería preferible tolerar el aborto despenalizándolo y/o legalizándolo. Creemos, sin embargo, que esta propuesta es injusta. La tolerancia no puede ser invocada para legalizar delitos contra la vida ya que el derecho a la vida es el primero y más fundamental de todos los derechos humanos. La norma recuerda que el aborto es un crimen. Más bien hay que urgir a los gobiernos para que protejan y defiendan la vida de los seres humanos no nacidos, sancionando a los aborteros y clausurando los abortorios, ya que una de las funciones estatales prioritarias es defender la vida que es el primero y el fundamento de todos de los derechos humanos.
Algunas feministas radicales sostienen que el aborto es una cuestión únicamente de mujeres, ya que son ellas las que soportan el embarazo y el parto. Este argumento es falso ya que desconoce que todo niño tiene también un padre y que, además, la defensa de la vida es un deber solidario de todas las personas. El aborto afecta a todos los seres humanos, no solamente a las mujeres. Muchas de ellas están leyendo estas líneas gracias a que sus madres fueron valientes y, posiblemente alentadas por quienes defienden la vida, resistieron a las presiones abortistas y dieron a luz incluso en medio de dificultades.
Aquí cabe hacer una reflexión complementaria. En China se ha impuesto la política de un hijo único por pareja y se obliga a pagar multas enormes o a abortar a las que transgreden esa norma. Por ello es frecuente el llamado “aborto selectivo” de las bebitas, por considerarlas de menor valor. Con ello se está originando un grave desbalance demográfico de género – 119 niños nacidos por 100 niñas – creando graves problemas sociales y demográficos y acrecentando la prostitución, la trata de mujeres y la violencia de género.
Por último no olvidemos que la mujer que se presta al aborto es la segunda víctima de ese crimen. Muy frecuentemente sufre el llamado “síndrome postaborto” con dolencias somáticas y psíquicas, tales como perforaciones de útero, infecciones, posteriores partos precoces o esterilidad, cáncer mamario etc. Muchas veces experimentará obsesiones, pesadillas, baja autoestima y tendencia al alcohol, a las drogas e incluso al suicidio. Este síndrome refleja el profundo conflicto de conciencia que atormenta a la mujer que ha abortado y que difícilmente podrá superarlo si no se arrepiente y pide perdón al hijo abortado y al Dios de la Vida que es ante todo amor y misericordia.
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