Martes 10 de septiembre de 2013
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Para los orureños ya no es novedad cuando se llevan adelante obras de mala calidad en las cuales se han invertido sumas de dinero que no justifican lo realizado.
Lo ocurrido con el aeropuerto “Juan Mendoza”, es una muestra de esas falencias, donde presuntamente, habría “gato encerrado”, por cuanto no se puede concebir que a una nueva infraestructura, se le aplique una especie de remiendos, cual si fuera una prenda vieja o rota.
Toda empresa constructora cuando asume la responsabilidad de construir un edificio, especialmente de un conjunto de instalaciones destinadas al despegue y aterrizaje de aviones, debe tomar en cuenta todas las circunstancias para evitar que haya problemas posteriores.
A Oruro, estimados señores de Convisa, no se le debe seguir engañando con argumentos no del todo valederos, especialmente si la terminal de pasajeros es algo nuevo, resultando inadmisible que se haga el papel del zapatero remendón.
El centro aeronáutico ubicado en la zona Este de la ciudad, no puede ser otra muestra de irresponsabilidad estatal en ejecución de proyectos que son un fiasco, algo que después tendremos que lamentar.