Domingo 08 de septiembre de 2013

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La física moderna explica que el receptor del órgano tiene una conciencia totalmente diferente al donante, la consecuencia es que existen dos niveles de vibración, de modo que el cuerpo del receptor se empeñará en rechazar el órgano extraño. En la actualidad, a través de la profecía dada a través de Gabriele de Würzburg se sabe que el alma del donante, a través de su órgano donado y trasplantado en otra persona, puede actuar a través de la conciencia de ésta. Lo que puede ocasionar que un receptor adopte partes de los programas del donante y sufra así una transformación forzada e inevitable de la conciencia.
La vida de una persona trasplantada es difícil, pues el paciente necesitará medicamentos de por vida para bloquear la inmunidad, de lo contrario el órgano sería rechazado. De esta forma una persona trasplantada está más predispuesta a enfermar. Y desde el punto de vista metafísico, existen informes sobre lo que junto a un órgano también se trasplanta, por ejemplo la memoria, es decir características, facultades, preferencias o temores, aspectos que el receptor del órgano experimentará tras el trasplante.