Martes 03 de septiembre de 2013
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Antonio José de Sucre, gobernó Bolivia desde el 29 de diciembre de 1825 hasta el 18 de abril de 1828, siendo su labor más encomiable haber consolidado la República dividiéndola políticamente en 6 Departamentos.
Un 5 de septiembre de 1826, el Mariscal de Ayacucho, promulgó el Decreto Supremo por el cual se instituye el Departamento de Oruro, siendo obligación moral de todos quienes hemos nacido y vivimos en esta bella tierra, no destruir la obra de su creación.
Honor y gloria al prócer que abolió la esclavitud e implantó la Libertad de Prensa, como pasos primordiales en los que basó su misión de estadista para consolidar la Independencia de Bolivia.
Este jueves, recordaremos 187 años de ese acontecimiento, ocasión propicia para revitalizar nuestro respeto y consideración a tan insigne personaje que blandió su espada hasta liberarnos del yugo español, siendo elegido Presidente Vitalicio después del Libertador Simón Bolívar.
Para la ocasión no pedimos nada de nuestras autoridades, porque estas personas están abocadas a sobresalir con claro egocentrismo y tratar de ganar adeptos que sean fieles seguidores de su ideología servilista al gobierno de turno, manteniendo al grueso de la población en permanente desencanto, confrontación y pesadumbre.
