Tras meses de conjeturas, bailes de cifras, titulares y declaraciones, de una espera casi eterna, el Real Madrid ha vuelto a romper el techo del mercado de fichajes con la contratación del futbolista galés Gareth Bale.
El acuerdo entre el club blanco y el Tottenham Hotspur inglés pone fin al auténtico "culebrón" futbolístico del verano, una larga negociación que ha eclipsado el resto de las operaciones y que ha tenido su fin a poco más de un día para que se cerrara el plazo.
No ha llegado a dilatarse tanto como en el caso del brasileño Ronaldo Nazario, para cuyo fichaje se esperó incluso a los últimos minutos de la ventana veraniega, pero poco le ha faltado.
El interés por el joven extremo del presidente del Real Madrid, Florentino Pérez, surge hace tiempo, si bien se intensificó tras el golpe de efecto del Barcelona al fichar al brasileño Neymar nada más comenzar el mercado.
Al objetivo del presidente madridista por alistar a Bale le respondió una feroz defensa del máximo mandatario "spur", Daniel Levy, que no estaba dispuesto a dejar marchar a cualquier precio a quien fue considerado el mejor jugador de la Premier la última campaña y también el mejor joven.
Florentino Pérez conocía bien a su colega del club londinense. Ya lo tuvo que "sufrir" el pasado verano para la contratación del croata Luka Modric.
A medida que transcurrían las semanas, la línea de los 100 millones de euros dejaba de parecer un imposible no sin cierta polémica, ya que el Real Madrid podía superar con ello los 94 millones que costó su actual bandera, el portugués Cristiano Ronaldo.Incluso el nuevo técnico barcelonista, el argentino Gerardo "Tata" Martino afirmó en una conferencia de prensa que "para los tiempos que corren" el precio es "una falta de respeto al mundo".
Pérez, no obstante, salió al paso de las críticas: "Los jugadores nunca son caros ni baratos. Depende del rendimiento que den. Si inviertes en grandes jugadores, tendrás más ingresos. Eso permite que el club sea independiente y pertenezca a los socios".
La imparable progresión de Bale en las últimas campañas, hasta marcar 21 tantos en la temporada 2012-13, despertó el interés dentro y fuera de Inglaterra, y numerosos clubes marcaron el número telefónico de sus representantes para interesarse por la situación del jugador.
El temor de los "Spurs" por la salida de su buque insignia se reavivó al concluir esta pasada temporada sin haber logrado la clasificación para la Liga de Campeones, el principal reto del año para el club londinense.
No alivió el miedo en White Hart Lane ni la valoración que hacía la prensa británica del futbolista (60 millones de libras ó 70 millones de euros) ni el contrato firmado en 2012 que le mantenía en el Tottenham hasta 2016, con un sueldo de 75.000 libras (87.000 euros) a la semana.
Equipos como el Chelsea, el París Saint Germain, el Bayern Múnich o el Manchester City parecían dispuestos a pujar, pero finalmente fue el Real Madrid el que monopolizó la lucha por su fichaje.
Abierto el mercado de verano, desde el Bernabéu llegó una oferta por 60 millones de libras (70 millones de euros), según publicó el "Daily Mirror", y el Tottenham se dispuso a librar una dura negociación para dejar ir a su principal futbolista, además de comenzar a contratar a numerosos futbolistas contando con ese dinero.
Fuente: Londres, 1 (EFE).-
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