Lunes 02 de septiembre de 2013
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La salida del Senador Roger Pinto a Brasil, sorprendió no muy gratamente al gobierno plurinacional, cuyos voceros se apresuraron en aclarar que no fue una salida sino una fuga, en la que aparentemente Pinto habría actuado totalmente solo.
Lo anterior se colige habida cuenta de la no mención por las autoridades gubernamentales a los miembros de la Embajada brasileña que, más que ayudar, transportaron a Pinto hasta la frontera.
Se dice que el vehículo transportador pasó quince trancas en el recorrido de 1.600 kilómetros, sin mayores problemas; obviamente con la inmunidad diplomática respectiva. No obstante el riesgo de una detención fue muy real, por lo que Pinto fue resguardado con un chaleco antibalas. Además, Pinto se arriesgó al viajar como un pasajero más, al menos así lo admitió, asegurando que no se disfrazó ni se ocultó en ninguna maletera.
DERECHO
Voceros del gobierno insisten en negar el derecho al asilo al senador boliviano, con el argumento de que está procesado por varias irregularidades. Humano es el senador y seguramente tiene irregularidades en su haber, pero cuando ingresó a la embajada no tenía ningún proceso, luego el asilo no se le otorgó como a procesado.
