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Domingo 01 de septiembre de 2013

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Cultural El Duende

EL MÚSICO QUE LLEVAMOS DENTRO

“La necesidad de decir, de no callar...” Diálogo con Cergio Prudencio, compositor boliviano (Primera parte)

01 sep 2013

Fuente: LA PATRIA

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Mauricio Gámez, Edwin Villca: ¿Ante qué necesidades se forma la Orquesta Experimental de Instrumentos Nativos (OEIN)?

Cergio Prudencio: Ante la necesidad de hacer música en Bolivia de acuerdo a su realidad cultural, económica e infraestructural. Ante la necesidad de ser músicos bolivianos en Bolivia, para Bolivia es decir, ante la necesidad de encontrar una identidad y una función como músicos en nuestro propio contexto histórico. Ante la necesidad de no emigrar. Ante la necesidad de decir, de no callar, aunque fuera inventado un lenguaje. Ante la necesidad de expresarnos como colectividad y como individualidades en nuestra contemporaneidad.

M. G., E. V.: ¿Cómo consideras el actual desarrollo de la música culta y la música popular en América Latina?

C. P.: Cada una vive un proceso diferente, aun cuando se toquen mutuamente con frecuencia. Sin embargo, pienso que la música en nuestro continente, en sus dos categorías de análisis, es un arma de defensa cada vez más contundente en su función histórica. Tenemos tradiciones, pero no sólo eso, tenemos también creatividad y somos capaces de abrirnos al mundo, de recibir lo que el mundo nos da o nos impone y de revertirlo en nuestro favor.

La música en América Latina vive un estado permanente de producción en confrontación.

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CoriúnAharonián: ¿Por qué y para qué has emprendido tu tarea de investigación de la música de los aimaras ?

Cergio Prudencio: Mi trabajo en el campo de la investigación no es un fin sino un medio. Yo me acerqué a la música aimara fascinado por sus sonoridades incisivas, poderosas, ricas, en la perspectiva de hallar en ese universo alternativas expresivas para la composición. En ese acercamiento fui haciendo conciencia de la importancia que tenía para ese mismo propósito creativo el desentrañar y entender los conceptos (nociones) estructurales y culturales de la música en la mentalidad de los propios músicos aimaras; el conocer y sobre todo aceptar los principios organológicos y el comportamiento de los instrumentos musicales aimaras, con sus consecuencias directas en parámetros técnicos con los que el compositor trabaja, como son la altura, el intervalo y el timbre. Para eso investigo, sin otro criterio metodológico que el respeto. Y como producto de ello tengo acumulada alguna información no tan ordenada como se quisiera, cuya proyección fundamental hasta aquí se ha dado en la creación de la OEIN, que es un espacio de trabajo para compositores que buscamos una estética propia y nueva.

C. A.: ¿De qué procedimientos te has valido?

C. P.: Esta investigación no tiene las connotaciones “expedicionarias” que se tienen en otros medios. En Bolivia se trata solamente de abrir los oídos al entorno sonoro cotidiano; lo aimara suena o resuena en barrios, radios, televisión, en nuestras inmediaciones rurales, en los remotos parajes andinos. Aquí la tradición no es pasado ni es marginalidad. Es presente hegemónico en fuerte relación dialéctica con lo colonial contemporáneo. De manera que para investigar podemos prender un receptor, o tomar contacto con las múltiples colonias de residentes campesinos, o viajar unos kilómetros apenas fuera de La Paz.

C. A.: ¿Qué sentido tiene para ti esta tarea musicológica?

C. P.: En los músicos bolivianos esta investigación tiene sobre todo un sentido de autoconocimiento, es una forma de llevar nuestro inconsciente a la conciencia.

C. A.: ¿Cuáles han sido hasta ahora las consecuencias visibles de la labor musicológica?

C. P.: La música y los instrumentos musicales aimaras han dado lugar como dije a la creación de la OEIN cuya proyección no sólo es estética sino también pedagógica. Esta viabilidad pedagógica está determinada en el interés masivo despertado por esos instrumentos y esa música en jóvenes y niños de las ciudades, en la rapidez y facilidad con que ellos aprenden a tocar, en la identificación que sienten. La OEIN a partir de ahora no es sólo un núcleo de experimentación, sino un programa educativo de alcance creciente, cuyos principios ideológicos básicos son: la recuperación de la tradición oral como forma de transmisión de conocimientos técnicos y culturales (etapa de aprendizaje y reproducción de música nativa tradicional), y la confrontación del educando con lenguajes musicales nuevos y genéricamente distintos (etapa de alfabetización y ejecución de obras “cultas” compuestas especialmente). Nuestros jóvenes se forman así sobre la base de dos referentes en interacción. Esta proyección, que seguramente dará que hablar en el futuro próximo, es otro resultado del trabajo de investigación.

(fuente: Revista Ciencia Cultura, n.11, UCB, La Paz dic. 2002

Fuente: LA PATRIA
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