Cuanto más esperar a la tormenta que disipa el Oráculo; Apolo, Dios de la Luz ilumina las tinieblas de los hombres extraviados en el reino de las sombras que confunden la esperanza con las ansias, con su proclama:
"Nosce Te Ipsum"
Las nobles actitudes del individuo con derecho natural emergen de la simple acción de lucha contra el mal, como los más degradantes procedimientos para alcanzar el poder de cualquier forma, aún donde el fin justifica los medios.
La valoración científica y empírica de la evolución histórica del ente humano, refleja una estructura de valores como referencia de formas de sociedad, donde consolida su ideología sembrando superación que determina la formación política, siendo el intelecto pilar esencial del avance de la sociedad por ende de la región y el país.
La autoidentificación, la autovaloración, y la autolimitación, como parámetro de autoestima a una autodeterminación de aquello que expresa la realidad intrínseca de todo ser al estímulo externo ilimitado, es una forma de equilibrio cósmico; siendo el hombre creación perfecta, el desvirtuar el medio externo con falsas visiones desnaturalizan su espíritu, donde lo que vale no se ve; evitando esta desarmonía realzando saberes ancestrales expresados en el: Ama Llulla, Ama Qhilla, y Ama Suwa para un Suma Qamaña, el sueño de Vivir Bien.
El conocimiento no tiene fronteras en el mundo; no llegó el hombre a la luna por inspiración divina, por un deseo de amistades, por experiencia en negocios o por el destino; es la perseverancia al estudio, dedicación, y disciplina para alcanzar un objetivo a través de la ciencia y la tecnología. La Biblia comparte: muchos son los llamados y pocos los elegidos, sabia es la mente que entiende al Supremo; enseña también, que se predica con el ejemplo que es semilla para tus retoños, quienes recogerán la siembra con la cual serás juzgado. Ningún soldado se brinda ni se excusa, sólo cumple; las batallas se vencen combatiendo y con sangre, resultado de un sacrificio y civismo al mando de guerreros valientes que dan la vida por la patria; sublime acción de dignidad y soberanía a cambio de vencer o morir.
El servicio al pueblo nace, no se improvisa; es una acción de dar, construir, y consolidar valores de equidad, solidaridad y justicia social; podemos ser iguales ante Jehová y las Leyes, pero no ante el dolor de sus necesidades, porque quien tiene, quiere más; no existe el dar pan al hambriento cuando ya está vendido, se debe llevar conciencia social para una transformación verdadera y no someterlo con intenciones.
Ni tu origen, ni riquezas, ni títulos, menos tus estrellas te harán grande, sólo tu capacidad determina tu valía por ser y no por tener; no hay milagro que apruebe tu apariencia, los ideales son eternos y universales, mas lo material es efímero como la vida.
La formación integral del individuo es la mejor referencia de progreso de una nación, siendo éste la célula de la sociedad como unidad estructural y funcional de un estado, de él depende la salud de un pueblo; donde se deben erradicar a los autores de infección con prácticas contaminantes, que alteren la fisiología social con esperanza de justicia.
Para aquel individuo que no alcanza a verse ni empezó a conocerse, y es pasible a subasta en mercado persa; es tiempo de tener la hidalguía de aceptar sus fortalezas y debilidades para consolidar o superarlas, sin el engaño de mostrar lo que no existe por imitación o falso resultado; el desconocimiento o la trasgresión nos hará más presos de la ignorancia.
La locura del poderío es una enfermedad curable y una aberración social que no perdura, es aquella que envidian y la utiliza por conveniencia el pecador; ante la inaplicación de principios es incierta la política como ciencia democrática, e inexistente la vigencia dirigencial o autoritaria.
Donde el proceso avanza y tú eres el cambio, debes conocer el camino; porque el hijo imita, la familia espera, la sociedad necesita, y tu patria reclamará por tus aciertos y errores, que pueden llevarte a la gloria, o al suicidio por olvidar tus limitaciones y pensar en la ambición.
La mejor autocrítica es responderse a: ¿Yo puedo?, ¿Yo valgo?, ¿o merezco?; ¿irradio respeto, aceptación y admiración?, ¿conozco mi cuerpo y alma?, ¿me comunico conmigo mismo alguna vez?, ¿importa tener conocimiento de uno mismo? La verdad te hará justo y libre, la mentira un pobre mediocre.
Avanzarás en la vida, si construyes tu camino; y consolidarás tu futuro, si conoces tu estructura; mas nunca llegarás a destino con las falsías de un interés mezquino, a riesgo de tu honesta lealtad.
“Lo que natura no da, Salamanca no presta”; “Dadle al César, lo que es del César”.
(*) Estudiante del Derecho
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