Miercoles 28 de agosto de 2013
ver hoy
Editorial y opiniones
Economía de palabras
Queremos saber la verdad
28 ago 2013
Por: Humberto Vacaflor Ganam
Fernando Henrique Cardozo observó hace poco que en el Brasil de Dilma Rouseff se ha instituido el cargo de “presidente adjunto”, para Lula da Silva.
Esa visión ayuda mucho. Habrá que entender que, a raíz del caso Pinto, el “canciller adjunto”, Marco Aurelio García, es quien maneja las relaciones con Bolivia, el que ordenó la flagelación burocrática del embajador Marcel Biato y ahora el proceso contra Eduardo Saboia. La destitución de Antonio Patriota parece un premio al Pilatos.
En Bolivia las cosas no son tan ostensibles. El canciller David Choquehuanca es sometido a continuas humillaciones que él soporta aferrado a su peculiar cosmovisión. No es destituido, como le ocurrió a Patriota, sino sistemáticamente pasado por alto. En Bolivia, el gobierno adjunto es alterno, como la corriente; no es continuo.
Es el espectáculo brasileño el que impresiona. Resulta difícil entender que un país tan importante, o por lo menos tan grande, esté en semejante desconcierto.
Se dice que el tema axial entre los dos países es el gas natural. Y se olvida que las actividades de la economía ilícita son tanto o más grandes que el negocio del gas.