Domingo 25 de agosto de 2013
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Editorial y opiniones
Un mensaje a la conciencia
Me corté con una navaja
25 ago 2013
Por: Carlos Rey
Me corté las manos con una navaja y tomé pastillas. Lo hice en frente de mi esposo, y estuve en el hospital.... Después de salir, caí en depresión severa, culpándome y creyendo que Dios me iba a castigar quitándome la vida de verdad y mandándome al infierno.
Desde entonces, ni un solo día dejo de pensar en la muerte. Tengo mucho miedo de no saber a dónde voy a ir.... Creo que todo es pecado.... Perdí cuarenta libras en muy poco tiempo.... Me consumí pensando en el purgatorio.... Me arrepiento. Estoy bajo ayuda psiquiátrica y medicamento, el cual no quiero. Yo quiero salir de esto con la ayuda de Dios.»
Este es el consejo que le dio mi esposa:
Estimada amiga:
En definitiva, usted está pasando por un tiempo muy difícil. Nos alegramos de que nos tenga la confianza para ayudarla a superarlo.
En primer lugar, es muy importante que comprenda que hay dos asuntos distintos que usted ha mezclado como si fueran uno solo. Lo que de veras está afrontando es un problema químico, es decir, físico, como también un problema espiritual. Nosotros no podemos ayudarla con el desequilibrio de sustancias químicas en su cuerpo, pero estamos muy contentos de que está bajo el cuidado de un médico. No deje de tomar la medicina que el médico le ha recetado, y comprenda que usted la necesita tanto como algunos necesitan medicina para contrarrestar la presión arterial alta. Su médico sabrá cuándo se haya resuelto el desequilibrio en su cuerpo, así que hasta entonces tome la medicina y no se ponga ansiosa por eso.