Puede resultar utópico el planteamiento o exagerada la intención de eliminar el comercio callejero pero en realidad si se quiere devolver a Oruro su imagen de una “ciudad ordenada y limpia”, lo principal es mínimamente limpiar las aceras de comerciantes y aplicar las disposiciones vigentes en defensa y en respeto de los derechos ciudadanos una tarea de responsabilidad recíproca.
Como comentamos en un anterior editorial, ponderando la intención policial de aplicar un reordenamiento vehicular, se hace necesaria la decisión municipal para complementar un plan mayor de reordenamiento de la ciudad de modo que especialmente los transeúntes recuperen su derecho a utilizar las aceras y los vehículos las calzadas, como sucede en cualquier ciudad que se precia del cumplimiento de normas municipales y policiales.
El Municipio local ha sido rebasado por la presión del comercio gremial, de los minoristas y el gran número de los informales, de modo que las aceras en proximidades de los mercados prácticamente están ocupadas por la extensión arbitraria de variada exposición de productos y casetas de todo tipo, simples mesas o cajas improvisadas para vender desde comidas hasta baratijas.
El problema del crecimiento del comercio irregular es parte de un problema social que tiene que ver con la falta de empleos, pues ante la necesidad de obtener los peculios necesarios para sostener una familia y sin trabajo oficial, lo más práctico resulta invertir un determinado capital instalando un comercio callejero, que por supuesto tiene que ubicarse en cualquier acera o calzada, dependiendo del gusto del arbitrario comerciante.
Siendo un problema social el caos del comercio callejero merece una solución integral y los estudios – preliminares – al respecto coinciden en la urgencia de habilitar más centros de abasto, como el gran Mercado Central y de una vez por todas encarar también la ampliación de los viejos mercados Campero y Fermín López (el de abajo y el de arriba) que muy bien pueden convertirse en modernos y amplios locales donde se ubique ordenadamente a todos los comerciantes.
Funcionarios municipales cumplen periódicas “batidas” contra comerciantes minoristas ubicados en las calles, para ese cometido mencionan la vigencia de la ordenanza 126/05 que prohíbe la habilitación de puestos, por tanto se entiende que la posición de los comerciantes es absolutamente ilegal, además de no contar con ninguna autorización, de acuerdo al informe de funcionarios municipales que niegan el cobro de “sitiaje” precisamente para combatir el asentamiento irregular de los puestos callejeros. Hay dirigentes gremiales que aseguran cobros por parte de agentes municipales que conceden sitios temporales para puestos de comercio minorista e informal.
El problema ha crecido de manera monstruosa en nuestra ciudad, es tan grave el asunto que en muchas calles los peatones no tienen aceras y compiten con las movilidades en las también estrechas calzadas que igualmente están llenas de puestos comerciales, el inaudito comercio rompe la normativa municipal y como si fuera poco presiona a las autoridades para imponer su atrabiliaria actitud de vender en las calles ignorando las prohibiciones.
Es tiempo que los responsables del Gobierno Autónomo del Municipio de Oruro se pongan de acuerdo para combatir las irregularidades de un desmedido comercio ilegal. Concejales del sector en armonía con sus colegas, tendrían que trabajar responsablemente legislando con sentido práctico y apoyando la aplicación de medidas complementarias, para cumplimiento ineludible por parte del Ejecutivo comunal, en busca de una ciudad pulcra y segura.
Fuente: LA PATRIA
Para tus amigos:
¡Oferta!
Solicita tu membresía Premium y disfruta estos beneficios adicionales:
- Edición diaria disponible desde las 5:00 am.
- Periódico del día en PDF descargable.
- Fotografías en alta resolución.
- Acceso a ediciones pasadas digitales desde 2010.