Viernes 23 de agosto de 2013
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Editorial y opiniones
El Presidente y el Vicepresidente asumen una posición conservadora frente a la despenalización del aborto
23 ago 2013
Por: Daniel Ordóñez Martínez
La prensa nacional del día 19 de agosto incorporan como noticia central de sus ediciones la excomunión de los ministros Amanda Dávila, Claudia Peña, Roberto Aguilar y Teresa Morales por haber declarado públicamente que están de acuerdo con la despenalización del aborto. La jerarquía católica argumenta que "ningún cristiano puede tomar en sus manos el destino de la vida porque esa es sólo atribución privativa de Dios, todo cristiano que atente contra la vida es excomulgado de facto según el Código del Derecho Canónico", fundamentan los teólogos católicos.
La excomunión es una gravísima sanción moral -dicen- que priva al que profesa la fe cristiana del derecho a la comunión, al matrimonio religioso y a recibir otros sacramentos de la Iglesia. Sin embargo señalan que basta arrepentirse para poder recuperar plenamente el acceso a los sacramentos de la Iglesia Católica. Este debate en torno a la despenalización del aborto ha puesto al desnudo la inconsistencia ideológica del gobierno del MAS que tanto berrinche ha hecho contra la "religión de los colonizadores" y ha planteado como elemento esencial de la descolonización el retorno al culto de la "Pachamama" como revalorización de las culturas ancestrales. Al respecto, Evo Morales y García Linera han expresado públicamente que consideran el aborto como un delito, enfilándose -como buenos monaguillos- detrás de la Iglesia colonizadora y sumándose a las posiciones más conservadoras y reaccionarias sobre el tema. En esta medida se ubican más a la derecha del liberalismo que tradicionalmente han reivindicado el derecho democrático que tienen las mujeres a disponer de su cuerpo y decidir libremente su derecho a abortar.