Tiempo de la Amazonía: nuevos gasoductos, nuevo desarrollo
21 ene 2010
Por: Boris Gómez Uzqueda
La noticia pública de que habrá un gasoducto entre Santa Cruz de la Sierra, dentro de su zona metropolitana, hasta La Guardia (15 Km., 4 pulgadas de diámetro) para transporte de gas natural, adicionalmente otro para atender la zona agrícola de Pailón (45 Km., 6 pulgadas), son acicate suficiente para ramificar la distribución de gas por redes en la periferia de Santa Cruz de la Sierra y —aleluya!— otro motivo para acelerar el anhelado gasoducto Santa Cruz de la Sierra-Trinidad que ya recibió en 1991 la declaratoria de “prioridad nacional” mediante Ley Nº 1235 del 13 de Febrero de 1991.
En anteriores columnas hemos estado reflexionando de ésta necesidad que —algunas calificaron de “innecesaria” o “poco rentable” — pero que dada la importancia de promover el desarrollo de la Amazonía son energía barata y constituye una opción que debe hacerse frente porque el Beni y Pando merecen tener electricidad y gas baratos para lograr su verdadero despegue económico comercial e industrial.
Entendemos que la Nueva Política Energética (NPE) que se va a discutir en breve en el Parlamento boliviano, y se plasmará en una Ley de Hidrocarburos, tendría que estar orientada a esa visión: abaratar la electricidad en el país, masificar el uso de gas natural domiciliario e industrial, y vertebración nacional con nuevas redes de ductos, particularmente a Trinidad desde donde se podría llevar —vía pequeñas plantas LNG gas natural licuificado, como ya dijimos oportunamente— a Riberalta, Guayaramerín y Cobija, cubriendo así la demanda presente y parcialmente futura de esa región.
El anuncio de los gasoductos a construirse al interior del departamento de Santa Cruz, con serias posibilidades de ampliar su diámetro y su longitud a otras poblaciones, es un mecanismo importante de masificación de consumo de gas internamente y motivo bastante para que, desde el Beni, por ejemplo, se siga exigiendo el gasoducto citado para promover de verdad el desarrollo amazónico del país. Esa debiera ser la “agenda” política de los gobernadores de Pando y Beni y de sus legisladores: energía barata y oportunidad para el definitivo desarrollo económico y social.
Quizá el más importante de los gasoductos proyectados —y que serviría de pie para que el Beni exija y logre la construcción de su gasoducto— es el trazo entre la ruta doble vía a Cotoca (con dos ramales, uno para incrementar el consumo del parque industrial pesado de Santa Cruz, y el otro a ser direccionado a Pailón) hasta la zona de granos del Departamento. Gran motivo para que el Beni, previo estudio técnico y financiero, demuestre la importancia de “crear” demanda de gas en la Amazonía a través del gasoducto Santa Cruz de la Sierra — Trinidad.
La discusión hoy en día es si construir primero el tramo correspondiente al radio urbano de Santa Cruz de la Sierra o por el contrario encarar la construcción de los casi 45 Km. hasta Pailón. Quizá la mejor decisión de ingeniería financiera sea la de generar demanda: avanzar hasta la zona agrícola promoviendo mayor inversión en silos y utilización de gas en la zona. Una vez más: generar la demanda como en los noventa se hizo con el GSA —gasoducto Bolivia-Brasil— que se creó la demanda de gas boliviano ante la oferta de electricidad generada por agua en el Brasil. Hoy ambos esquemas funcionan de manera complementaria. La visión es adelantarse al tiempo y a los acontecimientos para fomentar inversiones. La lógica de este ducto es también social ya que se dotaría de gas por redes a las populosas zonas cruceñas de Plan Tres Mil, Villa Primero de Mayo y Pampa de la Isla. Gas por redes domiciliario, para industrias y para transporte (GNV Gas natural comprimido) son el trípode en donde se basa este ducto. Haciendo una comparación el gasoducto a Trinidad tendría los mismos objetivos, con la importante adición de que habría una termoeléctrica y sería punto de transporte de gas tipo LNG a la Amazonía. Una vez más los gobernadores de Pando y Beni tendrían que abanderar éste tipo de proyectos energéticos que van a sacar a esas regiones del estado de pobreza a las que están sometidas.
Seguramente en Pailón habrá, con ésta nueva obra a llevarse a efecto, mayores inversiones y planes de desarrollo productivo por el solo hecho de que contarán con energía barata que promueva inversión en el agro. Esa zona agrícola llegará en unos años a demandar 10-15 Mmm3d (millones de metro cúbicos de gas por día) de consumo para la industria productiva. Lo mismo ocurriría con el gasoducto a Trinidad: adelantarnos a suplir el diesel que consume el Beni —y que además Bolivia lo importa a precio internacional— y espolear la masificación amazónica de consumo de gas barato que empujará, a su vez, a la reproducción comercial de emprendimientos y negocios.
Los Municipios en el tramo Santa Cruz-Trinidad están llamados a hacer, desde ahora, la tramitación de utilización de suelos para el posible trazo del gasoducto, facilitando así la labor de inversión del Estado y de otras inversiones privadas para esta obra de prioridad nacional. Trinidad estará consumiendo por encima de 50.000 MWh de electricidad hoy generada a diesel.
Hasta 2015, el Beni y Pando tendrían que contar con éste proyecto y adicionalmente la inauguración de su geografía para que —a través del Estado central— se hagan operaciones de exploración de hidrocarburos en éstas áreas consideradas “no tradicionales”. Potosí, Tarija, El Alto y Oruro no tardan en exigir sus propias "agendas energéticas" para el desarrollo. Vamos a volver en éste tema.
(*) Máster en Administración, técnico en dirección de compañías de gas, en operación de hidrocarburos, consultor de hidrocarburos y energía del sector privado actual director de una compañía de servicios a la industria en energía y tecnología.
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