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Sábado 17 de agosto de 2013

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Suplemento Policial

Cómo hablar de las drogas con nuestros hijos

17 ago 2013

Fuente: LA PATRIA

(Curso de prevención para padres, profesores y estudiantes) &Bull; Por: Cap. Jorge O. - Saravia Jaldín

LOS EFECTOS DEL ALCOHOL EN EL CUERPO

Las células de nuestro cuerpo tienen unas membranas formadas por proteínas y grasas. El alcohol se disuelve en grasa, por lo que puede atravesar con facilidad las membranas celulares y penetrar en cualquier tipo de célula. Si tienes el estómago vacío penetrará aún con más rapidez en ellas porque atravesará fácilmente el estómago hasta el torrente sanguíneo y de ahí al cerebro y otros órganos del cuerpo.

Al principio, el alcohol produce una ligera estimulación y cierta sensación de euforia, alivia la tensión y produce cierta desinhibición. Este efecto ocurre solamente con niveles bajos de alcohol. Si sigues bebiendo, empiezan a aparecer sus efectos depresores. Afecta el centro de equilibrio del cerebro, por lo que tienes problemas de coordinación.

También se ve afectado el lóbulo frontal, que está encargado del juicio social. Por este motivo, puede que hagas cosas que luego te avergüenzan o digas cosas inapropiadas. Puede que te sientas irritable y te provoquen con facilidad. Se evidencian problemas de coordinación motora y tu capacidad para hacer tareas complejas, como conducir, se pierde. También pierdes la capacidad para juzgar si eres o no capaz de conducir. El habla también se ve afectada, apareciendo ese modo de hablar característico, de “lengua de trapo”.

Si los niveles de alcohol siguen aumentando, puedes entrar en estado de estupor y perder la conciencia. Durante esta pérdida de conciencia los patrones de sueño se ven alterados. Se produce un riesgo de coma inducido por el alcohol, con depresión de las funciones vitales, como la respiración, lo cual puede llegar a producir la muerte.

Conforme el cerebro se va adaptando a los efectos continuados del alcohol, ajusta sus sistemas de regulación interna para compensar, de manera que cuando dejas de beber sientes un efecto desagradable, con síntomas como ansiedad, temblores, depresión, incapacidad para dormir e irritabilidad. Si bebes de nuevo, se produce un equilibrio momentáneo y te sientes mejor. Esto pone en marcha el ciclo de adicción.

El cerebro se adapta a la presencia de alcohol, de manera que la persona pueda tener más alcohol en su cuerpo sin experimentar su efecto depresor, hasta que llega un momento en que todo el sistema nervioso central permanece hiperactivo incluso aunque beba regularmente. Esta es la causa de las convulsiones que pueden tener los alcohólicos (debido al exceso de sensibilidad del sistema nervioso central).

Otro síntoma de esta adaptación crónica al alcohol es la hipertensión, un ligero temblor y congestión nasal. También padecen síntomas psicológicos como ansiedad, ataques de pánico, irritabilidad, cambios de humor, depresión y paranoia. Todos estos síntomas se deben a la adaptación a largo plazo del cerebro a la presencia de alcohol y al dejar de beber acaban desapareciendo (la mayoría de ellos desaparecen tras unas dos semanas de abstinencia de alcohol).

Jefe de Comunicaciones Felcn-Oruro “DI, NO A LA BEBIDA Y SI A LA VIDA”

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Fuente: LA PATRIA
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