El comportamiento tributario en el país muestra una tendencia casi sostenida de crecimiento, con las recaudaciones que se logran a través del Servicio de Impuestos Nacionales (SIN) y la Aduana Nacional lo que permite, según las autoridades económicas nacionales, garantizar la sostenibilidad de la economía nacional.
Según el informe del Ministro de Economía al finalizar julio, la economía boliviana había superado el 6 % de crecimiento gracias a un incremento sostenido de las recaudaciones tributarias.
Las apreciaciones del responsable de las finanzas en el país se corroboran con cifras oficiales de organismos como el SIN o la Aduana. Se indica que en el primer semestre del año la economía boliviana superó el 6 % de crecimiento justamente gracias al rubro de las recaudaciones, por ejemplo el caso de los impuestos del SIN que se elevaron en 24 %, en tanto que en la Aduana se logró también un incremento del 18,28 % lo que permitió la obtención de un monto mayor a los 30 mil millones de bolivianos, lo que significa de manera global un aumento del 23,43 %.
Hay interesantes razones valederas para mejorar las recaudaciones, una sería el paulatino aumento de las importaciones nacionales, considerándose algunos rubros específicos como mayor volumen de venta de gas, las manufacturas, la minería y otros rubros, específicamente el caso de la quinua que sumó mayor beneficio para los productores y el país.
Otro aspecto para tomar en cuenta es la “presión” del sistema tributario que está superando algunas aplicaciones para captar mayor número de contribuyentes, solucionar el problema de los regímenes vigentes, como el conocido como “simplificado” y el “general”, un paso que permite a un enorme contingente de comerciantes informales pasar a la formalidad de operaciones aumentando lógicamente las recaudaciones impositivas.
El trabajo de la Aduana, aunque también con algunos tropiezos de orden interno, ha mejorado su índice de contribución al Erario Nacional gracias a políticas que al ser aplicadas rigurosamente producen un cambio de responsabilidad en los importadores, no todos legales, para que reconozcan y cumplan las ventajas de pagar impuestos donde corresponde para introducir toda suerte de mercaderías, sin el riesgo de ser incautadas por la omisión tributaria.
Un conjunto de medidas se cumplen casi cotidianamente en todas las ciudades acrecentando a fuerza de “sanciones y presiones” el cumplimiento de lo que se denomina como “deberes formales”, aunque en estos acápites todavía se aprecia, por lo menos en Oruro, una posición estricta por parte del SIN al clausurar una serie de comercios de bajos capitales, mientras aún persiste la vigencia del contrabando mayor camuflado en puestos de mercado o de algunas ferias, como comercio minorista.
Otro aspecto en el que se plantea rechazo de la población, tiene que ver con la exigencia de las notas fiscales, que no todos las necesitan porque sucede que “no le sirve al ciudadano para disminuir sus contribuciones comunes”, este es un aspecto de modificaciones en el sistema regular impositivo que haga viable la aplicación de ventajas totalmente prácticas a todos los contribuyentes, bajo ese principio de universalizar los deberes, pero también los beneficios.
La economía boliviana está en crecimiento, la conciencia tributaria mejora de manera constante, lo que se traduce en mayores recaudaciones a favor del Estado, hecho que también debe ser ampliamente explicado especialmente en el destino distrital y porcentual del beneficio que la comunidad quiere ver y tocar, como retribución a su disciplina impositiva.
Fuente: LA PATRIA
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