El ámbito político está saturado de conceptos antiimperialistas y anticapitalistas divulgados por nuestros gobernantes y su entorno. García Linera, en el evento denominado: Cumbre Antiimperialista, en donde participaron 18 países, 10 de Sudamérica, en donde no podía faltar Cuba, dijo: “Aquí, mis hermanos, hemos agarrado a las empresas extranjeras que eran dueñas del gas, petróleo, telecomunicaciones, hasta del aire y las botamos, así de sencillo". Este señor que eventualmente ocupa el cargo de Vicepresidente de Bolivia y haber leído más de mil libros, olvidó a los ferrocarriles o; sencillamente, no sabe que en Bolivia existen dos redes ferroviarias, Andina y Oriental con una longitud de 3.627 kms. y que, éste modo de transporte masivo, geopolíticamente, es parte sustantiva del Tratado de 1904. Olvida también que por mandato del "Consenso de Washington", hace 18 años los ferrocarriles fueron "capitalizados" al estilo capitalista a manos chilenas, no para su modernización y expansión como lo establecen los contratos de concesión y licencia elaborados sin la participación de profesionales bolivianos, sino para su premeditada destrucción con claros objetivos geopolíticos.
Es inexplicable que el ímpetu antiimperialista y anticapitalista del Movimiento al Socialismo, olvide al Sistema Ferroviario y permita su destrucción para ser sustituido por otro medio de transporte en conformidad con los términos de la denominada “Declaración de La Paz” de 16 de diciembre de 2007, firmada por los Presidentes de Brasil, Chile y Bolivia. Es destacable que acuerdos o declaraciones que comprometan las estructuras del entorno geopolítico, social y económico, como el propósito de sustituir el Corredor Ferroviario Transcontinental Central Santos-Arica, 3.800 kms., con una carretera global de 6.174 kms. de estas, 4.700 kms. catalogadas de recorrido directo, sin un estudio técnico económico, como los enumerados en la citada “Declaración”.
Por elemental sentido de patria, y con mayor razón un gobierno antiimperialista y anticapitalista, al cabo de un breve análisis, debía haber restituido el Sistema Ferroviario a la soberanía del Estado. Una aclaración: En éste caso, el concepto nacionalización está fuera de contexto. El daño económico al Estado suma miles de millones de dólares que Chile debe resarcir.
Otra mención: Por nuestra ubicación geográfica en Sudamérica, somos el paso forzoso entre el Atlántico y el Pacífico, cuyo efecto estratégico no supimos valorar ayer y hoy; será por eso, Argentina y Chile con probable participación de Brasil, acordaron -si no lo están haciendo ya-, perforar un túnel en la base de la cordillera que separa a esos países, de 52 kms. de longitud para integrar un ferrocarril: Atlántico-Pacífico de alcance continental.
Los fundamentos económicos del Sistema Ferroviario ya los expuse, por sus impactos repito un sencillo ejemplo: Equipo, F.C. una locomotora y 25 vagones. Camión 32 unidades capacidad de 40 ton. Cada uno. Distancia 1.000 kms., carga 1.250 ton. Netas. Flete ferrocarril: 0,04 $us – ton-camión, no es el único: 0,05 $us-ton-km: combustible ferrocarril: 12.000 Lts., camión: 32.000 Lts.: costos ferrocarril: $us 56.413, camión: $us 79.603, diferencia en éstos dos rubros en favor del ferrocarril: $us 23.190 por movilizar 1.250 ton. A una distancia de 1.000 kms.
Otros rubros: mano de obra de conducción, ferrocarril: 4 operarios. 1 maquinista; 1 ayudante; 1 conductor; 1 brequero. Camión: 64 choferes y 32 ayudantes, total: 96 operarios. Seguridad, el ferrocarril sobre todo, vende seguridad. Existen otros factores como peaje, costo de combustible en países vecinos, medio ambiente, etcétera.
El señor García Linera, vicepresidente del Estado Plurinacional, por sus convicciones antiimperialistas y anticapitalistas, hace rato debía proponer la recuperación y recomposición de nuestro Sistema Ferroviario, a su vez, pugnar por integrarlo al Corredor Ferroviario Transcontinental Central: Santos-Arica. Su prédica antiimperialista y anticapitalista, debiera plasmarse en hechos concretos y dejar de ser un mero discurso demagógico, salvo que la "capitalización" del Sistema Ferroviario y sus nefastos resultados, para la otra cara del antiimperialismo y anticapitalismo, sean satisfactorios, por eso, en siete años, no se elaboró una agenda ferroviaria. El Sistema Ferroviario, no es un tema político coyuntural, es un tema de Estado.
(*) Comité Impulsor F.C. Aiquile – Santa Cruz
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