Volvemos sobre el tema considerando que los anuncios de ejecutivos de la estatal Yacimientos Petrolíferos Fiscales Bolivianos YPFB para cubrir la demanda interna nacional de gas licuado de petróleo GLP a partir del presente mes de agosto no se cumplirá en la extensión prevista, pues la nueva planta de Río Grande está produciendo 330 toneladas métricas de GLP, lo que significa 36 mil garrafas o sea el 30 por ciento de las 120 mil garrafas que diariamente consume el país.
El informe de YPFB es concreto al indicar que la puesta en marcha de la planta separadora de líquidos de Río Grande en Santa Cruz permitirá a la petrolera nacional “tomar aire” para salvar el abastecimiento del GLP a nivel nacional, aunque la incipiente producción del gas de momento sólo produce una tercera parte de la demanda global, falta que “se asiente” el funcionamiento de la nueva planta para tener una mayor producción.
Sin embargo de ese detalle, que es importante, el ejecutivo de YPFB ya se adelantó en señalar que a mediados del presente mes de agosto puede ser posible la exportación de GLP al Paraguay, operación que será la primera en su género que realizará la estatal boliviana.
Para especialistas en el tema queda una duda sobre la producción real de la planta de Río Grande y en qué tiempo podrá satisfacer primero que nada la demanda interna y cuánto excedente habrá de GLP para cubrir el convenio de venta al Paraguay. La última semana ha sido crítica en el país, pues miles de amas de casa en las ciudades capitales incluyendo Tarija y Santa Cruz, tuvieron que hacer largas filas con enorme sacrificio para abastecerse de una sola garrafa ante la aguda escasez del producto y con la esperanza de que la producción de Río Grande solucione el problema.
La situación realmente es dramática, tomando en cuenta que algunas ciudades podrán cubrir su demanda, pero otras seguirán con el problema pues las 36 mil garrafas de Río Grande no alcanzarán por ejemplo para cubrir la urgente demanda de ciudades como La Paz, Oruro, Potosí y sus provincias, donde la falta de GLP ocasiona graves perjuicios.
Preocupa que no se disponga de informes concretos sobre el tema, mientras la ciudadanía vive esperanzada en soluciones concretas, aunque confundida con anuncios también oficiales de que esa producción de gas servirá para la exportación, tal parece sin cumplir el requisito de cubrir absolutamente toda la demanda interna y sólo entonces disponer que el GLP excedente vaya a otro país, lo contrario será una demostración de ineficiencia en la planta ejecutiva de la estatal petrolera aumentando la crisis de GLP en el país.
En el caso de Oruro y aunque se empeñen en la ahora sucursal de YPFB en señalar que no hay escasez de GLP, el trabajo de la distribuidora ANG, muestra una notoria deficiencia pues los carros repartidores no llegan a los barrios periurbanos ni a los céntricos, el puesto de venta próximo a la oficina central de YFFB e inclusive en las puertas de la planta engarrafadora de yacimientos, se restringe la venta del producto y hasta se reduce a una sola garrafa por familia, lo que no satisface la demanda sólo de la ciudad. En las provincias la historia es más dramática, porque falta el producto y cuando hay, su precio muy alto. Una vez más debemos repetir que en Oruro, el GLP se hace gas.
Fuente: LA PATRIA
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