La visita del Papa Francisco al Brasil ha dejado muchas enseñanzas y de forma especial ha sacudido ciertos condicionamientos que se mantenían en una rígida estrictez al tratarse de asuntos tan sensibles como la pobreza, la corrupción de los gobiernos, la intolerancia y la violencia aspectos que dañan la sensibilidad de los movimientos sociales.
El Santo Padre de Roma llamó a la reflexión a los poderosos, les recordó la responsabilidad social que tienen y puntualizó que “el futuro exige una visión humanista de la economía y la política para lograr cada vez más y mejor participación de las personas en los cambios sociales, evitando el elitismo y erradicando la pobreza”.
El ilustre visitante al Brasil, carismático y con una mentalidad social que sorprendió al mundo entero, señaló enfáticamente que los gobernantes deben velar porque “a nadie le falte lo necesario y se asegure para todos, dignidad, fraternidad y solidaridad”.
Una exhortación que caló hondo en la cúpula de mandatarios, mujeres y hombres, que compartieron algunas horas con el Papa señalaba la necesidad de comprender que “el sentido ético aparece hoy como desafío histórico sin precedentes” y añadió con énfasis que para alcanzar ese objetivo los líderes deben practicar el diálogo, mucho diálogo, como el único modo que una persona, una familia, o una sociedad crezca positivamente. “El diálogo es la cultura del encuentro, en la que todo el mundo tiene algo bueno que aportar y todos pueden recibir algo a cambio”.
El Papa Francisco insistió ante los mandatarios, de manera reflexiva pero directa en el tema de los desafíos de la política reivindicando “el sentido ético y el diálogo constructivo” como herramientas de una sana política. Para la autoridad de la Iglesia “el sentido ético, que implica solidaridad y equidad, es en realidad un desafío histórico sin precedentes del tiempo actual”.
Jorge Mario Bergoglio, así se llama el Papa Francisco, no se cansó de motivar en sus sencillas pláticas el acercamiento de los que “poseen poder con los grandes conglomerados sociales más necesitados”, mostrando de ese modo un cambio en el “caminar de la iglesia”, haciéndola más combativa para entender las necesidades de los creyentes y los no creyentes, planteó la necesidad de “reconquistar a los fieles evangélicos y los ateos propugnando un cambio que transforme a la Iglesia lejana y fría, considerada como una reliquia del pasado y tal vez demasiado autoreferencial, prisionera de su propio y rígido lenguaje, en una Iglesia innovadora, que sea capaz de inflamar los corazones y sin miedo para cambiar la suerte de los creyentes y los incrédulos”
El Pontífice advirtió también a los obispos del mundo sobre la importancia de las mujeres en la vida religiosa, apuntando “no reduzcamos el compromiso de las mujeres en la Iglesia, sino que promovamos su participación activa en la comunidad eclesial. Si pierde a las mujeres, la Iglesia se expone a la esterilidad”.
Muchos comentarios han sido publicados y transmitidos por los medios en torno a las expresiones del Santo Padre de Roma durante su importante visita al Brasil, coinciden todos en que el Papa Francisco le dará el toque de cambio estructural en la dinámica de una nueva Iglesia en busca de cambios profundamente sociales para beneficio solidario y fraterno de la comunidad de los más necesitados. Un gran mensaje para tomarlo en cuenta y practicarlo.
Fuente: LA PATRIA
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