Se cumplen 188 años de la Fundación de la República de Bolivia, sucedió un 6 de agosto de 1825 cuando los Asambleístas reunidos en Chuquisaca y como un homenaje a la Batalla de Junín que se produjo en el mismo día un año antes aprobaron la idea de formar un país libre y soberano, suscribiendo el acta consecutiva que establecía la independencia del Alto Perú.
El acto de fundación de Bolivia se cumplió con el convencimiento de que el nuevo Estado nacía bajo la égida del Libertador Simón Bolívar y al amparo de las gloriosas batallas de Junín y Ayacucho, además de la incursión al Alto Perú efectuada por el ejército del Mariscal José Antonio de Sucre, que definió la independencia del territorio que se convertía en la República Bolívar y luego consolidando el homenaje al libertador como la República de Bolivia y su capital nominada con el apellido del Mariscal Sucre.
En memorables sesiones de la Asamblea regional participaron los delegados más destacados de los distritos de las cuatro provincias altoperuanas con el fin de establecer las condiciones más propicias para crear un nuevo Estado, lo que se definió entre tres propuestas, dos que proponían la anexión al Perú y otra a la Argentina y la tercera que resultó ganadora, inclinándose con mayoría de votos por crear una nueva república con independencia absoluta.
Bolivia comenzó su vigencia adoptando la forma republicana y decidiendo la conformación de su primer elemento gobernante nominando a su primer Presidente el Libertador Simón Bolívar, que ejerció el mandato mientras estuvo en el territorio y antes de seguir su empeño revolucionario por liberar América.
Uno de los grandes problemas de la nueva república era establecer las mejores condiciones para encaminar hacia otros continentes el maravilloso producto de las minas bolivianas, la plata que se transformaba en el primer recurso natural de exportación y generador de los también primeros beneficios para consolidar económicamente la nación.
De entonces a la fecha sucedieron acontecimientos históricos que encerraron los límites nacionales y determinaron un enclaustramiento, que aún no puede resolverse, para devolver a la República de Bolivia su total independencia, abriendo las posibilidades reales de alcanzar objetivos de alto desarrollo.
Pese a las grandes vicisitudes de nuestra historia, con periodos democráticos alterados por las bajas pasiones políticas y los intereses sectarios, la fuerza y prepotencia de regímenes autoritarios, la democracia ha sido recuperada pero aún se registran hechos que nos hacen pensar en tiempos pasados en los que se vulneran los derechos ciudadanos y se alteran atributos reconocidos desde la fundación de Bolivia, como las libertades ciudadanas y cumplimiento de las normas elementales de pacífica convivencia en un Estado de justicia y equidad pero sobre todo de amplia solidaridad, como establecían las recomendaciones de los “convencionales” que aprobaron la fundación de un nuevo Estado.
Y aquí estamos los bolivianos celebrando 188 años de nuestra independencia, una ocasión propicia para reconocer errores que no se pueden negar ni ocultar, así como ansiedades que no pueden seguir postergadas y anhelos que no podemos reprimirlos.
Ésta es la mejor ocasión para reiterar los propósitos de la bolivianidad, para salir adelante con la voluntad y la valentía de nuestra gente, con la capacidad y el empeño de nuestros profesionales, con la experiencia de los mayores y una aguerrida juventud, con la fortaleza de los trabajadores y la visión de los intelectuales para erradicar el egoísmo, el autoritarismo, la corrupción y la ambición sectaria, males que retrasan el desarrollo de la Bolivia unida é independiente que queremos.
Fuente: LA PATRIA
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