Una alerta y de urgencia ha sido lanzada por los exportadores bolivianos frente al riesgo de que no sea renovado el programa arancelario conocido como el Sistema Generalizado de Preferencias (SGP), por su sigla en inglés, que feneció el 31 de julio pasado y al no ser reactivado pondría en riesgo de pérdida más de 100 millones de dólares para el país.
Un problema que confrontan los exportadores con la supresión del programa de Preferencias Arancelarias, que se conocía como el Atpdea y que no ha sido restablecido, obligó a importantes y sectores productivos nacionales a buscar nuevos mercados para sus exportaciones, lamentablemente en condiciones desventajosas como sucede con Venezuela, que no constituye un mercado que sustituya al del Norte, en la adquisición de una amplia línea de productos bolivianos, especialmente textiles, cueros y otros.
El SGP feneció ya el pasado 31 de julio y ese hecho forzará a otros exportadores nacionales al pago de la totalidad de aranceles por la venta de cualquier producto con destino al mercado estadounidense. Recodemos que el SGP otorgaba un tratamiento arancelario preferencial a más de cinco mil productos exportados y que eran internados al gigante mercado liberados de derechos aduaneros.
Hay preocupación entre los productores bolivianos porque su oferta exportable de orden industrial, forestal, artesanal y de otros rubros con valor agregado resulta la más afectada porque en adelante – como parece – al no ser renovado el SGP se tiene que pagar aranceles que no sólo se consignan en la franja “ad valorem”, sino más bien son tomados en cuenta como específicos y por tanto en algunos casos el impuesto puede significar hasta el 30 % del valor exportado.
Lamentablemente el curso de las relaciones entre nuestro Gobierno y el de EE.UU. no es precisamente el mejor por lo que hay dudas sobre una ampliación o renovación del Sistema General de Preferencias que favorece ampliamente al sector productivo exportador nacional, situación que no debería alterarse o desaprovecharse por las condiciones favorables a la venta de productos bolivianos en condiciones que no han podido reemplazarse en los mercados de países amigos como Venezuela o Brasil, ni mucho menos en el caso de Argentina, Chile o Perú. Un acuerdo “experimental” con el Ecuador todavía no se concreta y por tanto urge que el SGP sea renovado.
A propósito del delicado problema la Cancillería boliviana, entendiendo la magnitud del problema, habría iniciado negociaciones directas con organismos comerciales del gobierno de Estados Unidos en pos de renovar el SGP, que quiérase o no es de gran ayuda para mantener exportaciones bolivianas que a su vez permiten la vigencia de un conjunto de industrias nacionales con el beneficio directo de mantener fuentes de empleo seguras.
El sector de productores privados ha recomendado prudencia en el manejo de las relaciones internacionales, especialmente con los países que de algún modo facilitan la comercialización masiva de productos de la industria boliviana otorgando ciertas ventajas arancelarias, que regularmente no funcionan en todos los países compradores.
Se reitera que de no renovarse el programa de preferencias arancelarias, un importante sector exportador de nuestro país, corre el riesgo de perder más de cien millones de dólares, lo que afectaría sensiblemente la estabilidad de varias industrias y por supuesto centenares de fuentes laborales.
Fuente: LA PATRIA
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