Domingo 04 de agosto de 2013
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El Presidente Morales expresó hace poco su esperanza de que el PIB boliviano alcance este año un inédito crecimiento del 7% para lo cual “pidió a los expertos en economía y sectores sociales debatir y sugerir las medidas que se deben aplicar para alcanzar esta meta” (“La Razón”, 18/JUN/13). Dijo esto, luego que en el primer trimestre del 2013 Bolivia registró un crecimiento del 6,04% al impulso del sector de hidrocarburos, finanzas, transporte y construcción.
Comparto ese buen deseo y, mucho más, esta reflexión del Primer Mandatario: “En el momento en que tengamos políticas claras en temas de inversión en la parte productiva, con proyectos para que el crecimiento sea sostenible entre el 6% y 7% será un país viable que dará muchas esperanzas a las futuras generaciones” (Ibídem).
De hecho, conozco un país que hizo eso y su PIB creció al 7% en promedio entre el 2005 y 2012. Luego de enfrentar una terrible combinación de crisis económica y terrorismo en los años ‘80, aquel país implementó profundas transformaciones de orden infra, meso y superestructural hasta llevar su PIB a 195.000 millones de dólares en el 2012, siendo su expectativa llegar a 268.000 millones el 2016. De hecho, su economía hoy en día es la séptima más importante en América Latina.