En opinión del expresidente del país y actual representante boliviano ante la Corte Internacional de Justicia CJI, Eduardo Rodríguez Veltzé, considera que es probable un acuerdo diplomático entre La Paz y Santiago que ponga fin al centenario problema marítimo que reclama Bolivia y cuya solución dilata Chile.
El ahora diplomático boliviano piensa que el eventual retorno de la socialista Michelle Bachelet al gobierno de Chile en las próximas elecciones, reabriría la consideración de la agenda de 13 puntos que se instauró en el primer gobierno de la mandataria y el Presidente Evo Morales.
Dadas las condiciones ciertamente favorables en el primer periodo de Bachelet e interrumpidas abruptamente por el gobernante Piñera, tras todo un periodo político derechista en Chile, las condiciones podrían variar con un triunfo de la candidata socialista que abrió una opción de soluciones prácticas en las relaciones interrumpidas desde hace 40 años entre los dos países.
El Embajador boliviano en Holanda, sede de la CIJ, es un creyente de que “todo es posible diplomáticamente” y por la vía del diálogo, además de que mientras se procesa la demanda boliviana en el tribunal internacional puede activarse una vez más el acercamiento de los gobiernos de Chile y Bolivia a través de sus representantes diplomáticos y con una nueva estrategia que elimine tensiones y rescate por una parte Chile, la tendencia ciudadana en ese país favorable a solucionar el enclaustramiento de Bolivia, que a su vez está esperando buenas intenciones y no más fricciones.
Eduardo Rodríguez Veltzé señaló que aceptó la invitación de su sucesor en la Presidencia de Bolivia para convertirse en representante ante la CIJ y además manejar la embajada nacional en Holanda, sabedor del criterio presidencial de extremar recursos diplomáticos con una política de “doble vía” con respecto a Chile, país que anexó a su territorio más de 400 kilómetros de litoral que antes de la contienda de 1879, fueron parte del territorio de Bolivia, situación reclamada para recuperar el derecho marítimo con una doble gestión, por un lado la demanda jurisdiccional ante la Corte de La Haya y por otra parte la opción del diálogo con responsabilidad diplomática y de acercamiento eficaz.
Bolivia asumió la responsabilidad de llevar el caso a una Corte Internacional, ante la tozudez del Presidente Sebastián Piñera, que propiamente rompió el alternativa de diálogo y el cumplimiento de una mínima agenda aprobada en acuerdo de voluntades presidenciales y políticamente admisibles, entre los mandatarios Morales y Bachelet, que podría reanudarse con el triunfo de la candidata socialista en noviembre próximo.
Es importante remarcar que el Gobierno de La Paz sustenta su demanda jurídica invocando el Art. XXXI del Pacto de Bogotá de 1948 que fuera reconocido tanto por Chile como Bolivia para someterse a la jurisdicción de La Haya, como órgano mediador en conflictos entre Estados. En el caso de Chile y Perú está vigente un acuerdo similar y en la actualidad también en la CIJ, se debate un proceso jurídico iniciado desde Lima en demanda de una solución al conflicto de límites de ambos países en aguas territoriales.
No está fuera de la realidad la intención del representante boliviano de volver a retomar el tratamiento de la agenda de 13 puntos, que por vez primera incluyó el tratamiento del reclamo boliviano de una salida soberana al mar. No todo está dicho, dependerá primero del resultado electoral para que Bachelet retorne a La Moneda y luego de la intención de profundizar la diplomacia entre naciones hermanas.
Fuente: LA PATRIA
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