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Domingo 28 de julio de 2013

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Revista Dominical

Incendio en el Mercado, duele en el corazón

28 jul 2013

Fuente: LA PATRIA

Por: Márcia Batista Ramos - Escritora

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La ciudad de Porto alegre, es una de las ciudades con mayor desarrollo humano en Brasil. Es la capital del Estado de Río Grande do Sul, que está situado al extremo Sur del país, haciendo frontera con el Estado de Santa Catarina, la República del Uruguay y la República de Argentina.

En el día 26 de marzo de 1772 se fundó oficialmente la ciudad de Porto Alegre, con la creación de la “Freguesia de Sao Francisco do Porto dos Casais”, un año después cambiaron el nombre a “Nossa Senhora da Madre de Deus de Porto Alegre”. Sin embargo, el poblamiento data de 1752, con la llegada de 60 parejas de portugueses de las islas Azores, para cumplir con el Tratado de Madrid e instalarse en las Misiones Jesuíticas al noreste del Estado de Río Grande do Sul, que estaba siendo entregado al gobierno portugués a cambio de la Colonia de Sacramento, en las márgenes del Río de la Plata. Como tardó la demarcación de las tierras, los azorianos permanecieron en el entonces llamado Puerto de Viamao, primera denominación de Porto alegre.

El 24 de julio de 1773, Porto Alegre fue elevado a la condición de capital de la capitanía, con la instalación oficial del gobierno de José Marcelino de Figueiredo. En 1821 ganó el status de ciudad por el emperador Don Pedro II. A partir de 1824, pasó a recibir inmigrantes de todo el mundo, en particular alemanes, italianos, españoles, africanos (en la condición de esclavos), poloneses, judíos y libaneses. Este mosaico de múltiples expresiones, variados rostros y orígenes étnicos, religiosos y lingüísticos, hace de Porto Alegre, una ciudad cosmopolita y multicultural desde sus inicios, en una gran demostración bien sucedida de diversidad y pluralidad.

Aún en julio de 1772, fueron desapropiadas las tierras donde la villa estaba situada y empezó la demarcación de las primeras calles. Al tiempo que se empezó la construcción de la iglesia en el Alto de la Playa, actual plaza Marechal Deodoro. A los pocos meses, el lugarejo tomaba apariencia de ciudad.

La ciudad evolucionó rápidamente, siempre a partir de un pequeño núcleo que hoy constituye su centro. En ciertos momentos, vivió episodios de tención. Al final, era la capital de la capitanía (después provincia) más meridional de Brasil, y que hacía frontera con países con los cuales hubo diversos conflictos.

Siendo el período más prolongado de dificultades de la capital el largo período de la epopeya Farroupilha, que duró diez años, representando un estancamiento en el desarrollo de la ciudad.

Después de la Guerra de los “Farrapos”, la ciudad retomó su ritmo normal de desarrollo, permaneciendo siempre en el centro de los acontecimientos políticos y sociales del Estado do Rio Grande do Sul y del Brasil.

Con el fin de la “Guerra dos Farrapos”, la ciudad pasó por una fuerte reestructuración urbana en las últimas décadas del siglo XIX, movida principalmente por el rápido crecimiento de las actividades portuarias.

La República aun no había sido proclamada, asimismo la esclavitud no había sido abolida, pero, el Mercado ya había erguido sus paredes en el distante 1869 para perpetuarse como testigo del tiempo.

El Mercado Público Central de Porto alegre fue inaugurado en 1869. El edificio originalmente tenía estilo neoclásico. Después de las diversas reformas, la edificación asumió características ecléticas. El edificio recibió su primera cámara fría en 1915.

Inicialmente, el Mercado poseía apenas un piso, con torres en las esquinas. Había un jardín en el patio, que gradualmente fue dando lugar a las bancas de madera. En 1912, un primer incendio destruyó esas bancas. Como el edificio de la “Prefectura” (municipalidad) se erguía majestoso a su lado, se decidió que sería conveniente construir un segundo andar. La inauguración de la obra terminada fue el mismo año. La parte superior, que es visualmente separada de la parte inferior, en función de los techos de las bancas abrigaba, los servicios administrativos.

Precisamente en la década de 1940 cuando la ciudad empezó su crecimiento vertical, el día 9 de mayo de 1941, una inundación dejó el primer piso del Mercado debajo del agua. Una placa fue colocada en la entrada sur, para marcar la altura a la que llegó el agua.

Hubo otros dos incendios de proporciones menores en 1976 y 1979. El edificio también pasó por amenazas de demolición, por alguna autoridad mediocre e insensata. En 1979 el Mercado fue declarado Patrimonio Histórico y Cultural de Porto Alegre, quedando libre de futuras amenazas de demolición. Precisamente, en 1979, cuando existía la intención de derrumbar el Mercado para construir una avenida, preguntaron al célebre poeta Mario Quintana, asiduo cliente del Mercado qué opinaba al respecto y él contestó:

-¡El Mercado Público está protegido por los fantasmas del tiempo!

En la década de 1980, una reforma cambió el piso interno y perfeccionó las instalaciones eléctricas. Pero, fue solamente en la década de 1990, que el predio pasó por una restauración con las finalidades de rescate de la calidad estética del edificio, la optimización de su potencial de abasto y la valorización de los espacios de sociabilidad. El Mercado Público actúa como espacio para manifestaciones culturales y comunitarias, proporcionando mayor calidad de vida a la población. La reforma fue global, además de la instalación de ascensores y escaleras eléctricas, fueran construidos tres mezanines, que hoy abrigan restaurantes. La intención fue de revitalizar el segundo piso, que quedaba oculto a los ojos de los frecuentadores. En 1997, el Mercado Público reabrió totalmente las puertas, en la configuración en que se encuentra hasta hoy. El proyecto de restauración mereció varios premios a nivel nacional, entre ellos se destaca el premio de la Bienal de Arquitectura de São Paulo.

A fines de la década de 1990, se hizo una reforma administrativa, que actualizó los contratos de todos los vendedores. Hoy el Mercado es mantenido por un fondo propio, por los alquileres de los espacios, valor que es invertido exclusivamente en el inmueble.

La administración del Mercado organiza eventos culturales, como la Feria de Revistas y la Feria del Vinil. El periódico del mercado (Jornal do Mercado), es una publicación mensual, y organiza torneos de fútbol y kart para los funcionarios (comerciantes), además de concurso de fotografías, abierto al público en general.

La gestión del Mercado Público Central de Porto Alegre es modelo para otros mercados del Brasil y del exterior. Comisiones de otros municipios del Estado do Río Grande do Sul como: Pelotas, Rio Grande; de otros Estados como: Salvador, Juiz de Fora, Florianópolis, São Paulo; de capitales de países vecinos como Montevideo ya estuvieron en la ciudad para aprender y replicar la experiencia exitosa de planificación, organización y manejo del Mercado Central de la capital gaucha.

En 1999, fue creado el Memorial del Mercado (museo del mercado), cuyo objetivo es preservar la memoria del lugar y de las personas que pasaron por él. Una de las acciones es el Proyecto Voces, que proporciona visitas al Mercado guiadas por un grupo de teatro, haciendo educación patrimonial a través del arte.

El Mercado posee un sistema de gas por tubería, la ciudad no cuenta con gas domiciliario, cuyo producto es fortalecido por una central de gas externa al predio, que le confiere mayor seguridad, además de contar con vestuarios y comedores para los comerciantes y sus funcionarios. Cuenta con cuatro cámaras frías (una para basura y tres para productos perecederos) y un sistema de refrigeración.

Además de ofrecer buenos productos, procurando practicar una buena política de precios, el Mercado Público también actúa como espacio para manifestaciones culturales y comunitarias de la ciudad, proporcionando más calidad de vida a la población.

Existen productos que solamente se pueden encontrar en el Mercado Público Central de Porto Alegre, una de las principales tarjetas postales de la ciudad capital del Estado. El Mercado Público conmemora 144 años de existencia con sus paredes y bares centenarios. El viejo Mercado es un paseo por la memoria de la historia de la ciudad, con su rica diversidad de colores, aromas y productos, con aquella típica atención que solo los mercados poseen.

En el 2º piso, donde antes existían escritorios y oficinas públicas, actualmente es ocupado por diversos establecimientos como: restaurantes, loncherías, etc., a través de licitaciones públicas.

En la noche del 6 de julio del 2013 el Mercado Público sufrió su cuarto incendio alrededor de las 20:30 horas, cuando el primer piso empezó a arder en llamas y alcanzó la mitad del segundo piso en medio a explosiones. Diez carros de bomberos llegaron al lugar y apagaron las llamas después de dos largas horas de arduo trabajo. Con la bendición de Dios, no hubo ni muertos ni heridos.

El municipio garantizaría la renta de los afectados mientras no puedan regresar a sus fuentes laborales. Inmediatamente empezó la reconstrucción del mercado, el gaucho es persistente y trabajador, no tiene miedo, ni siente cansancio y sabe que para cada caída hay una obligación de levantarse. Pero duele, sí que duele profundamente en cada corazón gaucho la destrucción del testigo mudo de gran parte de la historia de nuestra ciudad.

Fuente: LA PATRIA
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