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Sábado 27 de julio de 2013

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Nuestro Verbo es Creador

27 jul 2013

Fuente: LA PATRIA

Por El Alquimista

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“En el principio era el Verbo, y el Verbo era con Dios, y el Verbo era Dios. Este era en el principio con Dios. Todas las cosas por El fueron hechas, y sin El nada de lo que ha sido hecho, fue hecho. En El estaba la vida, y la vida era la luz de los hombres. La luz en las tinieblas resplandece, y las tinieblas no prevalecieron contra ella”. Así empieza el evangelio según San Juan el Apóstol, incitándonos a comprender que todo en este universo es creado por el verbo. Que todo es vibración, que todo se está moviendo y suena. Somos seres creados a imagen y semejanza de Dios, por lo tanto somos seres creadores. De instante en instante vamos creando nuestras vidas con nuestros pensamientos, con nuestras emociones y especialmente con nuestro verbo. Las palabras que salen de nosotros, cristalizan en formas y el universo nos devuelve el producto de esa cristalización. “Lo que quieras, lo que sea vuestra voluntad, ese significado tendrá toda palabra, de vosotros depende.” El valor interno que le damos a cada palabra es lo que cuenta.

Jesús enseñó: “No es lo que entra al hombre lo que lo contamina, sino lo que sale de el”.¿Y que es lo que sale de nosotros? -Emanamos pensamientos, emociones y especialmente palabras. A veces son palabras que juzgan, palabras que critican, palabras que literalmente matan a nivel psicológico. Refrenemos nuestra lengua y hablemos solo lo que debemos. Hay que saber hablar cuando se debe hablar y hay que saber callar cuando se debe callar. Hay palabras que dañan y existen silencios delictuosos. De una misma boca proceden maldiciones y bendiciones.

En su libro “Conversaciones con Dios” Neal Donald Walsch nos da magnificas claves para utilizar sabiamente nuestro verbo creador:

“Sé una luz en el mundo, y no lo perjudiques. Busca construir, no destruir. Con tu ejemplo brillante busca solo la Divinidad. Habla solo con la verdad. Actúa únicamente con amor. Vive la ley del amor ahora y siempre. Da todo, no requieras nada. Evita lo mundano. Convierte cada momento de tu vida en una efusión de amor. Utiliza cada momento para invocar el pensamiento más elevado, pronuncia la palabra más noble, realiza el hecho más sublime. Con esto, glorifica tu Ser Sagrado, y así, también, glorificas a Dios. Lleva paz a la Tierra llevando paz a todos aquellos con cuyas vidas estás vinculado. Sé la paz. Siente y expresa en cada momento tu divina conexión con el Todo, y con cada persona, lugar y cosa. Aprovecha cada circunstancia, reconoce cada falta, comprende todo el júbilo, contempla cada misterio, camina en los zapatos de cada hombre, perdona cada ofensa (incluyendo las propias), sana todos los corazones, respeta la verdad de cada persona, adora al Dios de cada uno, protege los derechos de todos los seres humanos, preserva la dignidad de cada quien, promueve los intereses de todas las personas, provee las necesidades de los que te rodean, da como un hecho la santidad de cada persona, saca a la luz los mayores dones de tus semejantes, propicia la bendición de todos, y pronuncia la seguridad de su futuro en el firme amor de Dios. Sé una viva representación ejemplar de la Verdad más elevada que reside en tu interior. Habla sobre ti mismo con humildad, para que nadie confunda tu verdad más elevada con un alarde. Habla suavemente para que nadie piense que solo estás llamando la atención. Habla con amabilidad, para que todos puedan conocer acerca del Amor. Habla abiertamente, para que nadie piense que tienes algo que ocultar. Habla con sinceridad, para que no se te interprete erróneamente. Habla con frecuencia, para que realmente se propague tu palabra. Habla respetuosamente, ya que todos merecen tu consideración, Habla amorosamente, para que cada sílaba sirva como un alivio. Habla de Dios en cada expresión. Haz de tu vida un don. Recuerda siempre: ¡tú eres el don! Sé un don para cada persona que entre en tu vida, y para todos aquellos en cuya vida tú participas. Ten cuidado de no entrar en la vida de otro si no puedes ser un don. Cuando alguien entre en tu vida inesperadamente, busca el don que esa persona espera recibir de ti.”

En consecuencia tomemos real conciencia del poder que tienen nuestras palabras, emociones y pensamientos, que, sin darnos cuenta, todo el tiempo están creando nuestro destino. Seamos arquitectos conscientes de nuestras vidas, expresando siempre amor y sabiduría con alegría y en plenitud.

Fuente: LA PATRIA
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