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Domingo 21 de julio de 2013

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Revista Dominical

Hacia la Bolivia saludable Parte II

21 jul 2013

Fuente: LA PATRIA

Por: Ing. Carlos Esteban Sandy Antezana

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Los recursos financieros, un falso debate

No hay riqueza, por

más grande que sea, que solucione integralmente la salud. El concepto y la definición de la salud así lo demuestran. La salud es el equilibrio de todo y lograremos el vivir bien, cuando utilicemos los recursos racionalmente.

El acceso a un sistema único de salud universal, gratuito, equitativo, intracultural, intercultural, participativo, con calidad, calidez y control social, con principios de solidaridad, eficiencia y corresponsabilidad, es un problema, de concepción de la salud, de su organización, de su gestión y de la atención, en consecuencia su desarrollo, sólo y sólo será mediante políticas públicas en todos los niveles del Estado.

El mayor financiamiento, o como se dice cotidianamente: el incremento del presupuesto, es una condición necesaria, pero no suficiente, para dar salud a la población. La asignación presupuestaria al sector, en los últimos años se ha incrementado en forma importante.

El Presupuesto General de la Nación el 2012 es de 145.942, millones de bolivianos y asigna el 5.3%, 7.740.9 millones de bolivianos, en cambio el 2013 de 172.021 millones de bolivianos se asigna 10.054 millones de bolivianos un incremento al 5.8%. Una comparación con los años anteriores muestra un aumento significativo. En términos per cápita: para el 2012 es de 775 bolivianos, para el 2013 es de 1005 bolivianos, sin embargo sigue siendo uno de los más bajos en Latinoamérica. Chile tiene una asignación per cápita de 700 dólares americanos anual.

El fin de nuestro presupuesto de salud, es básicamente la medicina curativa y no la prevención y promoción; no ataca la causa, sino los efectos, además las decisiones sobre la “inversión” están fuertemente centralizadas. La descentralización de los recursos deben estar, lo más cerca posible a la ciudadanía.

La población bajo la responsabilidad del sector público, está por encima de los seis millones y medio. Las cajas de seguro cuentan con una población de más de 3 millones quinientos afiliados, sin embargo los problemas son similares al sistema público. Revisados todos los Programas de Operación Anuales están ausentes los presupuestos para encarar programas serios de prevención y promoción. Generalmente el 65% de los presupuestos están destinados para la atención curativa.

Los gastos administrativos están por encima del 40% y tienen fuerte prevalencia, hacia la compra de equipos especializados y sofisticados para la atención de tercer nivel. Llama la atención en las cajas de seguros, la asignación presupuestaria para la compra de medicamentos. Las exigencias institucionales, de siempre, centran sus pedidos en un mayor presupuesto; sin embargo, los servicios de salud, también de siempre, tienen severos cuestionamientos. Actualmente tanto el sector público, como los seguros cuentan con millones de bolivianos en caja bancos, que no encuentran formas de inversión, pese a la crisis.

ANÁLISIS DE LA SITUACIÓN ESENCIAL DEL SERVICIO DE SALUD

Pese a las sendas reuniones sobre salud llevadas a cabo, en el último tiempo, tanto en Alma Ata (República de Kazakstan, 1978: “Salud para todos en el año 2000”) como London (Canadá), que recomiendan relevantes, nuevas y progresistas proposiciones, para encarar políticas de salud en los países en especial en vías de desarrollo, como ser: el derecho a la salud, la participación popular, la atención primaria integral en la prevención, promoción, curación y rehabilitación, capacitación para el autocuidado, desarrollo de las condicionantes de salud etc. nuestro país ha avanzado poco, fundamentalmente en la forma de encarar la salud.

Según los datos estadísticos, los problemas de salud, en orden de importancia, para Bolivia siguen siendo los de siempre: la mortalidad materno - infantil, las enfermedades crónico - infecciosas y la desnutrición, otros países estos problemas tienen superados, salvo Guatemala; el limitado acceso a los servicios y su cuestionamiento a los mismos, tienen como causas: la inaccesibilidad geográfica, las barreras culturales, los costos; es decir, la pobreza, el desempleo, las malas condiciones ambientales y saneamiento básico y las limitaciones presupuestarias.

Pero es más, el impacto es diferenciado en la atención por aspectos: del ingreso, socioculturales, geográficos, del analfabetismo, el monolinguismo, etc., si a estos indicadores sumamos los de gestión, los de atención y financiamiento, concluiremos que las políticas imprimidas hasta ahora, bajo los distintos gobiernos, han conducido a una crisis estructural y funcional al sistema boliviano de salud, que es parte de la crisis social.

Pero lo más preocupante de esta crisis, es que ha generado en la población boliviana e inclusive en los recursos humanos del sector de la salud, una cultura arraigada desde hace muchos años atrás, que está manifestada en determinados comportamientos regulares y sistemáticos, que han hecho un hábito y costumbre, claro está que juega un rol importante como inductor en esta formación psicológica, las características principales del funcionamiento del mercado. Hoy esta forma de accionar se conoce como una concepción ideológica altamente perversa llamada “modelo biomédico”.

El Modelo Biomédico, es la ideología del pensamiento de la salud actual (tanto de los profesionales del sector como de la población en general), que entiende, que la salud y la enfermedad son problemas individuales y no colectivos, se ve a la persona como una máquina biológica fragmentada, aislada que se puede reparar en cualquier momento, por tanto, margina la prevención y la promoción de la salud. Ambos piensan en la enfermedad, antes que en la persona como ser social, en los síntomas antes que en las causas, en las razones individuales antes que las sociales. Entonces el sujeto pierde su autonomía de su propia salud y en el caso del profesional su verdadero rol. Todo se transfiere al protagonismo de las élites profesionales y a la alta tecnología. Se privilegia la racionalidad y la modernidad, extraviándose en los verdaderos objetivos, siendo presa la población, hacia la extensión de los servicios y seguros de salud, que al final viene a ser una motivación lucrativa del joven que desea ser profesional del sector y una expectativa para los formados en el área. Al parecer todo se prepara para un incremento mayor de consumidores o enfermos. En estas condiciones, los países pobres, en efecto, constituyen una plataforma de enfermos y por tanto, una actividad redituable fundamentalmente del sector privado y del equipo de profesionales.

La salud pública y las cajas de seguro, son presa del modelo biomédico. revisados sus modelos de: planificación, gestión, atención (también niveles), presupuestos y financiamiento, se encuentran enmarcados estrictamente en esta concepción, es más, su personal médico, específicamente el especializado, al margen de su actividad institucional, actúa hacia la captación de pacientes (clientes) para la práctica privada.

Las intenciones de la introducción de la medicina familiar y hoy la muy comentada y de moda (nada más) Sistema de Atención Familiar Comunitaria Intercultural (Safci) seguirá contribuyendo a este modelo, sino se efectúa una reforma radical y esencial de todo el sector. No es posible seguir confundiendo la salud, con la curación del sistema biológico, que tiene como causa la no atención a la primera. En este contexto el sector privado, es un modelo de atención que se fortalece, producto de las debilidades de los sectores públicos y seguros sociales. Más allá de esta constatación, es un sector que presta servicios importantes a la población, requiere de una regulación y evaluación permanente.

Este modelo incide enormemente en los altos costos de funcionamiento del sector público, cajas de seguro y sector privado, así como en la demanda de especialistas, necesidad de una alta tecnología y la invasión de medicamentos costosos. Todas las demandas y las ofertas en el sector de salud, se encuentran concebidas dentro este modelo.

La contribución de la Iglesia, las ONGs y otras, realizan enormes esfuerzos, desde luego reconocidos, pero son otra vez un paliativo, frente a la crisis que se enfrenta en el sector de la salud.

El Sistema de la Universidad Boliviana, convoca al Gobierno y a la población boliviana a realizar cambios profundos en el sector de salud, hoy ésta se encuentra con una enfermedad crónica. Bolivia necesita transitar por un proceso de transformaciones que conduzcan hacia una población saludable.

Fuente: LA PATRIA
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